Desde que la fundación Jérôme Lejeune estrenó su delegación española en 2015, la investigación en beneficio de las personas con discapacidad intelectual no ha hecho más que crecer.
Son más de 70 proyectos y dos millones y medio de euros destinados a esta labor los que han hecho a la fundación merecedora del premio Religión en Libertad a la categoría Ciencia y Fe, entregado el pasado 25 de noviembre.
Al recibir el premio, Pablo Siegrist, director de la Fundación en España, agradeció el reconocimiento a la tarea que supone para todos los miembros de la organización, que no es otra que “continuar la vida del profesor Jérôme Lejeune”.
Siegrist destacó como la vida del médico francés “tuvo un destino y una vocación marcados por un cierto martirio”, en referencia al silenciamiento que sufrió “por ser fiel a la vocación que le fue dada desde el cielo y por llevarla a cabo hasta sus últimas consecuencias: anunciar el Evangelio de la vida”.
Un anunció, añadió Siegrist, que cobra mayor fuerza en la defensa de las personas con discapacidad. A ellos se refirió como “los más vulnerables” debido a las amenazas que sufren tanto por el aborto como por el transhumanismo, “una de las grandes corrientes que amenaza nuestra identidad y quiere construir un superhombre”.
Y sus primeras víctimas, añadió, “son las personas con discapacidad intelectual y con síndrome de Down”. Por este motivo, la fundación dedica a todos ellos, especialmente a quienes padecen la trisomía, todos sus esfuerzos “desde el momento de la concepción”.
Pablo Siegrist valora la entrega del premio ReL como un reconocimiento no solo a su labor, sino especialmente a la del doctor Jérôme Lejeune, que fue silenciado durante toda su vida por la defensa de la vida.
La medicina, ¿ciencia de muerte?
“El gran sino de Jérôme Lejeune fue el descubrimiento de la trisomía 21, causa genética del síndrome de Down”, explicó. Gracias a él, esta pudo detectarse en el útero pero, en contra de su voluntad, se aplicó su descubrimiento para “realizar el aborto eugenésico”.
Aquella desviación llevó a Lejeune a posicionarse rotundamente en contra del aborto. Siegrist explicó como en Francia “logró parar el primer proyecto de despenalización del aborto” y desde entonces continuó su lucha a nivel internacional “para frenar esa deriva por la que la medicina pasaría a ser la ciencia de la muerte y no de la vida” si se aprobaba el aborto.
El doctor, relató Siegrist, no recibió ningún reconocimiento en vida a su labor. “Por eso me alegro de que Jérôme Lejeune reciba hoy el premio Religión en Libertad y que de esta manera su nombre, misión e incluso su causa de beatificación sean conocidas en el ámbito hispano, donde el silenciamiento al que fue sometido llevó a que fuese poco conocido en nuestro país”, concluyó.
Además, la fundación también incluye entre sus propuestas dos ediciones anuales del Máster Universitario en Bioética en la Universidad Francisco de Vitoria. Consta de 10 materias y 50 temas y 45 prestigiosos profesores que abarcan el estudio desde el inicio de la vida hasta el final desde una perspectiva interdisciplinar (científica, antropológica, ética y jurídica).
Jérôme Lejeune, una vida en defensa de los más débiles
El Dr. Jérôme Lejeune, considerado el padre de la genética moderna, identificó en 1958 la trisomía del par cromosómico 21 que define el Síndrome de Down, lo que abrió la vía a la citogenética.
Sus trabajos le llevaron a reflexionar sobre las grandes cuestiones de la vida humana y sobre el papel que la medicina y la investigación deben tomar en defensa de los más débiles. Fue impulsor y promotor de la Academia Pontifica para la Vida junto a San Juan Pablo II, su causa de beatificación está actualmente en desarrollo en el Vaticano.
Intervención completa de Pablo Siegrist durante la recepción de los premios Religión en Libertad.