Un carmelita de EEUU secuestrado por milicias sirias fue liberado después de cantarles sobre la Resurrección
Un religioso carmelita estadounidense contó cómo logró ser liberado por milicianos musulmanes que lo secuestraron en Siria después de cantar para ellos algunas canciones en árabe en las que el protagonista era Jesús.
El hermano David Johnson tiene 34 años de edad, nació y creció en Colorado (Estados Unidos) y relató su historia ocurrida en el monasterio persa carmelita en Qara, Siria.
Al principio llegó para estudiar el idioma árabe y luego decidió quedarse cuando descubrió el llamado de Dios.
“Ni siquiera sabía que había cristianos en Medio Oriente cuando me mudé allá y vi que hay dos millones”, dijo el carmelita en diálogo con ACI Prensa en Denver.
Hace tres años [2012, ya había guerra en Siria pero aún no existía ISIL o Estado Islámico, probablemente en este caso no se trataba de una milicia islamista, sino de otro grupo musulmán; nota de ReL] él estaba en la torre del monasterio y desde allí vio a un grupo de milicianos pasar. De modo amigable los saludó con la mano y los musulmanes se sorprendieron por lo que se dirigieron al lugar.
Cuando llegaron al monasterio exigieron saber quién los había saludado y secuestraron al hermano al saber que era de Estados Unidos, pensando además que podía ser un espía.
Tras el secuestro, toda la comunidad se puso a orar: “mi comunidad, en vez de entrar en pánico, se fue a la iglesia y empezó la liturgia. Comenzaron a rezar, hicieron una misa. Yo estaba en manos de Dios y no tenía miedo”.
Con sus captores, el hermano David comenzó a cantar en árabe sobre la resurrección de Cristo. Poco a poco fue “suavizando sus corazones”.
“Me decían que nunca habían escuchado eso antes y me pedía que cantara de nuevo. Asi que canté otra vez: ‘Cristo ha resucitado de entre los muertos venciendo a la muerte y difundiendo la vida entre las tumbas’”.
En este vídeo, un flashmob de Pascua de 2011 en un centro comercial en Beirut, que empieza cantando esa frase típica de la liturgia oriental, primero en árabe, luego en griego
Los milicianos se reían y aplaudían. Decidieron luego devolverlo al monasterio. Antes de eso pensaron que podían llevarlo con el resto de su ejército para que ellos también lo oyeran cantar.
“Abrieron las puertas (en su campamento) y me hicieron cantar sobre la Resurrección a un grupo de soldados… ¡y comenzaron a aplaudirme! ¡Pensé que era un sueño, que estaba en una realidad alterna!”, relató el religioso a ACI Prensa.
El hermano está convencido de que su habilidad de cantar en árabe ayudó en su liberación, pero fue la oración de su comunidad la que logró que lo soltaran. “Recen, recen, recen y pongan su confianza en Su sabiduría”.