Lo curioso es que Neilson no siempre fue católico: entró en la Iglesia Católica en Pentecostés de 2002. Antes era un cristiano fervoroso, pero protestante.
Kyle Neilson creció en una familia protestante evangélica que retrasaba el bautismo hasta la edad adulta. Se bautizó a los 18 años. Estudió en una universidad evangélica, estudios bíblicos, donde se le insistió en que debía leer la Biblia cada día. Se lo tomó en serio... y al cuarto día quedó convencido de que debía entregar su vida a Dios.
Ese convencimiento y esa entrega a Dios lo transformaron. "Todo cambió. Es como si fuera una persona nueva: nuevo gozo, paz, celo, libertad... me convertí en un lector ávido de la Biblia y un evangelizador apasionado", recuerda.
Pero a partir de su segundo año universitario, cuando llegó el momento de estudiar la Biblia más en serio, se dio cuenta de que las diferentes clases y los diferentes profesores del college protestante interpretaban la Biblia de formas contradictorias. Eso socavaba la enseñanza básica protestante de "Sola Scriptura" (una enseñanza que no se encuentra en la Escritura) y que proclama que la Escritura, por sí sóla, sin Magisterio ni tradición, es suficientemente clara para alimentar espiritualmente, educar y salvar al cristiano.
Al estudiar historia del cristianismo, observó que antes de que los cristianos tuvieran escritas todas las partes de la Biblia, antes de que la Iglesia hubiera terminado de seleccionar con autoridad los textos bíblicos, ya había una autoridad eclesial que combatía la herejía y enseñaba la fe contra los errores. El poder para enseñar era anterior incluso a la Biblia que conocemos. La Iglesia era anterior a la Biblia.
Mientras Kyle buscaba respuestas a sus interrogantes, contó que cada vez le interesaba más el honrar a Dios mediante la liturgia, algo de lo que los evangélicos carecían. Empezó a acudir a servicios anglicanos, de estructura y calendario no muy distintos a los católicos. Un profesor anglicano fue quien le señaló lo que tantos protestantes han constatado: que la doctrina protestante de "Sola Scriptura" no aparece en la Biblia. "Entonces pensé: ¿Qué, entonces cuál ha de ser mi fundamento?"
El profesor le explicó que Cristo no dejó la Biblia, sino que dejó a una Iglesia para proteger y transmitir sus enseñanzas, y que la Escritura debía leerse en el contexto de la Iglesia que Él creó.
En esos días, una compañera de clase, Kelley Ward, que también era protestante y se hacía sus preguntas, le dejó una serie de libros sobre el catolicismo, que Neilson devoró en las vacaciones de Navidad.
"A los dos nos interesaba una fe más litúrgica, y ninguno habíamos crecido en una fe así", recuerda. Los libros venían del hermano de ella, que se había convertido al catolicismo y se los había enviado por correo. Kelley Ward aún tardaría mucho en entrar en la Iglesia Católica (lo hizo en Pascua de 2014) pero los libros de su hermano transformaron a Kyle Neilson.
Por ejemplo, Roma, dulce hogar, el libro clásico sobre la conversión del pastor presbiteriano Scott Hahn y su esposa al catolicismo, lo leyó de un tirón en 4 horas, sin poder dejarlo. "Tan solo con ese libro ya pasé de no saber nada a estar convencido de que eso era la verdad... con un 95% de certidumbre", recuerda.
Su siguiente impacto lo recibió con la Humanae Vitae del hoy beato Pablo VI y todo el edificio doctrinal católico a favor de la fecundidad, la defensa de la vida desde la concepción y la ilicitud de la anticoncepción, y con la propuesta alternativa de la regulación natural de la fertilidad en casos serios.
Kyle Neilson (a la derecha) con compañeros de los proyectos de nueva evangelización que impulsa su diócesis de Vancouver
Finalmente, y para asombro de su familia (en la que no había ningún pariente católico) Kyle fue recibido en la Iglesia Católica y recibió la confirmación en Pentecostés de 2002. Eso influyó en otros compañeros evangélicos de su entorno: uno se hizo católico, otros se hicieron ortodoxos o anglicanos, buscando una fe más ligada a la liturgia y la historia.
Kyle Neilson es hoy el responsable de otear nuevos métodos de evangelización, un formador de evangelizadores y un entusiasta del "nuevo ardor, nuevos métodos y nuevo lenguaje" que San Juan Pablo II pedía para la nueva evangelización. Pero después de años de experiencia, y sin minusvalorar ningún método, sentencia: "La fe, al final, se transmite mediante un puente de amistad y confianza, cuando conoces a la gente, sus preguntas, sus preocupaciones y hay confianza. Hay muchas formas válidas de evangelizar, pero al final lo mejor, lo que funciona, es el trato persona a persona".