A Gina Fattal la religión no le interesaba nada, pero su marido Abboud sí era un católico devoto. Ha contado cómo llegó ella a ser una evangelizadora apasionada en Disciples diaries, el programa evangelizador de la iniciativa Go make disciples.

La liturgia en griego no conectaba con ella

Gina nació en Sydney, Australia, de padres ortodoxos griegos, recién llegados de Grecia. Aunque muchas personas se enamoran de la liturgia griega y su misteriosa y solemne belleza, Gina nunca llegó a compartir la fe de sus padres.

Su familia iba a la parroquia ortodoxa. "Toda la misa era en griego y yo no entendía la mayor parte. Al crecer, ya no tenía por qué ir con mis padres, así que dejé de hacerlo", relata.

Cuenta que siempre estuvo desligada de la fe de sus padres. Por eso se sorprendió a sí misma cuando conoció al que sería su esposo, Abboud, convencido católico.

"Él me dijo que iba a misa todos los domingos y yo le pregunté: `¿Ah sí? ¿Y qué haces ahí cada domingo?´", rememora. No es que le interesara, es que le parecía una pérdida de tiempo. La indiferencia hacia la fe por parte de Gina era prácticamente absoluta.

Él tomó la iniciativa al pedirle matrimonio. "Me dijo que quería que sus hijos creciesen como católicos y le dije que me parecía bien. No me gustaba mucho mi religión", recuerda. Si ella aceptó fue solo porque se trataba de algo importante para él.

La noche en el hospital

Un traumático suceso cambiaría por completo su percepción sobre la fe. Afectado por una grave enfermedad, Abboud fue hospitalizado con un pronóstico poco esperanzador. 

Ella recuerda especialmente una noche, en el hospital, cogiendo de la mano a su marido llena de incertidumbre ante una enfermedad que amenazaba con quitarle la vida.

Presa del miedo y la preocupación, Gina comenzó a rezar en silencio, aferrándose a una fe de la que solo quedaban algunos vestigios de la infancia. Desde entonces, nunca había rezado.

"Creo que debió de ser en ese mismo momento cuando pensé: `Está bien, todo está en manos de Dios´", relata.  

Gina Fattal, junto a su marido Abboud. 

A medida que rezaba una oración tras otra, notó que le invadía una sensación de paz y consuelo que había olvidado mucho tiempo atrás.

Sin saber muy bien cómo, Gina había abierto una ventana en su alma a Dios, reenganchándose con una fe que llevaba mucho sin formar parte de su vida.

Llegado un momento, cuando parecía que Abboud no iba a superarlo, Gina se sorprendió al comprobar que sus oraciones habían sido escuchadas: "Lo logró". Para sorpresa de todos, su marido se recuperó por completo.

Para conocer a Jesús, ¡leer la Biblia!

Y Gina cuenta que, con la sanación de Abboud, también comenzó en parte la suya. Aquella noche en vela cambiaría su vida, llenándola de curiosidad por aprenderlo todo acerca de Jesús. No habían pasado unas pocas horas y la esposa, intrigada y feliz por su marido, ya estaba cambiando revistas como New Idea y Woman's Day por la Biblia.

Leerla, dice, "fue interesante. Creo que por primera vez que de verdad empecé a entender quién era Jesús".  

Conforme pasaba el tiempo, Gina sentía mayor interés por la figura de Jesús, por acudir a la Iglesia y aprender más sobre él.

"Quería entenderlo, conocer las historias, escuchar las homilías", confiesa.

El proceso no fue instantáneo. Cuenta que conforme su marido se iba recuperando por completo, ella iba recuperando cada vez más la fe. Y esta, a su vez, le iba aportando lo que hoy llama "descubrimientos" o "ideas reveladoras" sobre las gracias. "Supongo que debo llamarlo gracias de Dios", comenta.

Abboud se recuperaba, pasaban los años y con cada nuevo descubrimiento crecía la fe de Gina.

"Tanto es así que el año pasado me convertí en católica en mi parroquia, All Saints Liverpool", celebra.

Hoy, Gina se muestra convencida de que, en ocasiones, "tienes que experimentar la vida de manera diferente antes de poder apreciar la que tienes en este momento. Hay personas que crecen en la Iglesia, que son católicos u ortodoxos, pero que realmente "no aprecian lo maravillosa que puede ser esta vida".

En 2023, Gina se inscribió en un curso Areté del Centre for missionary disciples para potenciar su liderazgo en la parroquia y actualmente acompaña y a los nuevos fieles y personas que exploran la a través de Cursos Alpha. También colabora con su párroco, Paul Monkerud, con quien organiza el All Saints Ministry and Cultural Expo en All saints Liverpool, su parroquia.

Como declaró el mismo mismo párroco, el proyecto persigue edificar una parroquia que no se centre solo en quienes acuden a la iglesia, sino también de que cada parroquiano "sea más consciente de su responsabilidad como discípulo y darles oportunidades para crecer en la fe y compartir esta fe con los demás".

Los fieles, agregó ella a finales de 2023, "entienden su llamado a ser discípulos fieles que están llamados a vivir su fe de una manera que profundice su relación personal con Cristo, y brindan oportunidades en las que invitan a otros a hacer lo mismo. La exposición fue un gran ejemplo".

"Lo único que quiero hacer es que todos se conozcan, llegar a ser uno en el sentido de que todos puedan hacer uso de su experiencia para hacer de esta iglesia una parroquia maravillosa. Que la gente venga, ayude y sea parte de la vida de Dios. Quiero que ellos conozcan la felicidad", concluye.