El coronavirus se ha convertido ya en una crisis global. Esta epidemia está provocando que los distintos gobiernos se estén viendo obligados a tomar una serie decisiones a tenor del número de contagios que se estén produciendo dentro de sus fronteras. Y este hecho también ha afectado de manera considerable a la vida de la Iglesia dejando imágenes inauditas como la suspensión de todas las misas en el norte de Italia y también en Roma, cuyo obispo es el mismo Papa Francisco, que además rezó el Ángelus este domingo desde la biblioteca vaticana.
España no escapa a esta situación y es ya uno de los principales focos de contagio del coronavirus, especialmente la Comunidad de Madrid, y en cuyas diócesis se han dado algunas recomendaciones aunque de momento menos drásticas que en Italia.
Un sacerdote en uno de los focos del coronavirus
La localidad madrileña de Valdemoro concentra uno de los focos más importantes de contagiados y ya ha tenido varios muertos. Allí es sacerdote Patxi Bronchalo, destinado en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, y ha vivido de primera mano toda la situación que se está produciendo en la ciudad con respecto al coronavirus.
Por ello, este joven cura ha publicado un vídeo en el que habla del coronavirus y de la fe, sobre todo para comentar la actitud que el cristiano puede tener en este momento, la importancia de la oración y el miedo a la muerte que paraliza al hombre. Y sin restar para nada la gravedad a la situación y animando a tomar todas las precauciones y medidas sanitarias pertinentes se centra en el kerygma, para anunciar que Cristo ha vencido la muerte, y así animar a todos a tener presente esto en esta crisis.
Desde una de las zonas críticas de España, Patxi Bronchalo, cuenta que la idea de este vídeo surgió cuando en Twitter publicó un mensaje en el que pedía oración por los fallecidos. “Hemos tenido entierros, funerales de personas que han fallecido. Pedía rezar por los afectados, algunos muy graves, por sus familias y también por todas las personas que creen que pueden estar afectadas y viven con la incertidumbre. También por el personal médico, que se está dejando la piel…”, cuenta.
¿Qué papel juega la fe y la oración?
Entre los mensajes de respuesta que recibió había burlas sobre la oración y críticas a la fe como algo supersticioso. Y es en esto en lo que se centra Bronchalo. ¿Qué papel puede jugar la fe y la oración en una crisis mundial como el coronavirus?
En su opinión, “detrás de esas críticas a la fe hay una idea de Dios que no es correcta. Porque Dios no es el conejo de la suerte ni el genio de la lámpara. Tener fe no es que Dios haga lo que queremos en cada momento. Nosotros en el Padre Nuestro rezamos: ‘hágase tu voluntad’, no ‘hágase mi voluntad’”...
Por ello, explica que “la fe no es superstición, es relación con Dios”. Y, ¿cómo saber quién es Dios? Patxi Bronchalo responde que “no con las proyecciones e imágenes” que en muchas ocasiones se hacen sobre Dios.
La Cruz, el símbolo del cristiano
En este punto toma gran sentido la Cruz, la imagen más representada por los cristianos en estos 2.000 años. “Podría haber sido cualquier otra, pero es la Cruz. Al Dios que rezamos es un Dios crucificado que sufre, que muere…”, afirma este sacerdote desde Valdemoro.
De este modo, asegura que inconscientemente muchos creen que “los mejores de la sociedad son los que no sufren, los que tienen dinero…, pero Dios te dice que sus favoritos son los débiles, los que sufren. Dios mismo ha querido morir por ti y por mí para abrirnos las puertas del cielo”.
La cruz, prosigue Patxi Bronchalo, “no es un adorno y la llevamos para recordar que Cristo está con el sufrimiento y con el que sufre. Es el que mejor entiende el sufrimiento y la muerte”.
Y en este punto entra la “esperanza cristiana”, pues según asegura este joven cura “a veces pensamos que la esperanza es que algo pase y si no pasa se pierde. Son esperanzas limitadas, a veces vienen y otras no, pero la esperanza cristiana es esperar contra toda esperanza. Y esto también es la cruz, que termina en la Resurrección”.
"Rezar y amar al que pase por delante"
El tercer punto del que habla Bronchalo en este vídeo es la caridad cristiana, que “es acompañar al débil, y por eso me admira tanto el testimonio de médicos y sanitarios dejándose la vida y la piel”.
Por ello, cree que en este momento es imprescindible “rezar y amar al que pase por delante”, como hicieron San Juan de la Cruz, Santa Francisca Romana o San Damián de Molokai, que se pusieron al servicio de los enfermos. “La caridad cambia el mundo y la caridad de los santos nos recuerda nuestra caridad hacia los demás”, agrega el sacerdote.
Sin embargo, aclara que estas palabras no significan que no se tengan que tomar precauciones ni medidas estrictas contra el coronavirus. Es más, afirma que en su parroquia de Valdemoro han suspendido las catequesis de niños puesto que tampoco hay clases.
Precauciones sí, pero "no dejemos de lado la fe y al Señor"
Lo que quiere decir con toda esta reflexión sobre coronavirus y fe es que “no dejemos de lado la fe y al Señor como lo más importante”. E insiste en que “no hay Cristo sin cruz, pero es verdad que no hay cruz sin Cristo. En lo que más te hace sufrir te invito a que busques a Dios porque está ahí oculto. Dios está oculto en la cruz, pero está ahí. En tu cruz Dios se oculta para mostrarte algo, para santificarte, para decirte que no tengas miedo”.
“Antes cuando había una epidemia la gente iba a las iglesias, ahora quizás piensa que la fe no sirve y esto manifiesta una crisis mayor, y hace más daño que el coronavirus, que es la crisis de la fe porque así no damos sentido al sufrimiento y tenemos miedo a la muerte. Pero la verdad es que nos morimos… y la crisis de fe te da este miedo con el que no puedes dar un sentido. Y vivir con miedo es terrible. ¿Quién es más bono, el que tiene fe o el que tiene miedo?”, se pregunta.
Por último, Patxi Bronchalo recalca que “no hay que buscar el sufrimiento, la muerte ni ser masocas. La fe no es eso. No hay que dejar de tomar precauciones… pero busca a Dios. Además de todo lo que hagamos acordémonos de rezar por las víctimas, los afectados y sus familias, y por todo el personal sanitario”.