El pastor Jorge Himitian consideró que el Papa fue “muy valiente” por visitar abiertamente una comunidad cristiana no católica, el pasado 28 de julio. El religioso, que conoce a Bergoglio desde hace años y mantiene un estrecho vínculo con él, viajó especialmente para asistir a la visita del pontífice a la comunidad pentecostal y contó en una entrevista a la agencia de noticias argentina AICA sus impresiones. Consideró que el encuentro ecuménico fue “una gran victoria espiritual”.
Himitian es uno de los cinco coordinadores del Consejo de Pastores de la ciudad de Buenos Aires e integra desde hace años el grupo CRECES, acrónimo de “Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo”. En 2003, a través de un líder laico de la Renovación Carismática Católica, conoció al arzobispo Jorge Bergoglio y compartió con él un retiro ecuménico, celebrado en la Universidad Católica Argentina (UCA). Luego de esa primera experiencia ecuménica, se gestó la posibilidad de realizar encuentros similares, cada año más convocantes, hasta que en 2006 se trasladó al estadio Luna Park y tuvo como principales oradores al padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, y al pastor pentecostal Giovanni Traettino, a quien Francisco visitó en Caserta.
El pastor viajó de Buenos Aires a Roma, y de allí, 200 kilómetros al sur, hasta la ciudad de Caserta, para asistir al encuentro de Francisco y la comunidad de la Iglesia Pentecostal de la Reconciliación, que preside Traettino. Ese día, Francisco invitó a “superar las fronteras entre las iglesias cristianas”, habló de la unidad en el Espíritu Santo y pidió, como pastor de los católicos, perdón por las persecuciones que los feligreses italianos propinaron a los pentecostales durante el régimen fascista.
Para el pastor, este último gesto fue un acto “muy valiente y ejemplar”, que lo conmovió tanto como a otros evangélicos alrededor del mundo.
“El solo hecho de que el Papa vaya a Caserta para visitar a un amigo pastor evangélico y a su congregación es ya algo extraordinario. Pero el tener la valentía y la humildad de pedir perdón y publicarlo por los medios de comunicación es doblemente extraordinario. Así que mi impresión es altamente positiva; lo considero una gran victoria espiritual”, valoró Himitian.
La repercusión de este gesto humilde de Francisco llevó, en menos de 24 horas, a que el secretario general de la Alianza Evangélica Mundial, Geoff Tunnicliffe, también lamentara la discriminación con que los evangélicos trataron a los católicos en varios períodos de la historia.
Dialogando con AICA, Himitan destacó los avances generados en la relación entre los católicos y las distintas confesiones cristianas. Recordó que desde CRECES, junto con el cardenal Bergoglio, se promueve un “ecumenismo espiritual”, que “va por la unidad y la comunión de aquellos que tienen una experiencia personal con Jesucristo”.
“Para nosotros existen solo dos clases de cristianos: los cristianos nominales y los cristianos reales”, señaló. “Con los segundos, aunque tenemos diferencias en el área de la liturgia y de ciertos sacramentos, no tenemos diferencia en lo concerniente a la vida recta que Dios nos enseña en su Palabra. Nuestra oración y misión es que tanto los evangélicos como los católicos lleguen a ser cristianos verdaderos, por medio de Jesucristo y del poder del Espíritu Santo”, detalló.
¿Cuánto ha colaborado Francisco para bajar las controversias y barreras entre confesiones cristianas?
Muchísimo. Pero no por haber discutido sobre nuestras diferencias -nunca lo hemos hecho-, sino porque hemos encontrado en él un hombre espiritual, un verdadero cristiano. Vemos en él el evangelio encarnado, su humildad, su amor por las personas, su acercamiento a los pobres, su vida de oración, su valentía, su coraje profético para enfrentar a los corruptos, ya sean del gobierno o de la curia, su firmeza contra los pedófilos, los violadores, la mafia y otros tantos males.
¿Por qué caminos considera que debe transitar la unidad de los cristianos?
En el pasado se puso mucho énfasis en nuestras diferencias teológicas, eclesiológicas o litúrgicas. Sin desconocer que todo ello tiene su importancia y su lugar, y que un día llegaremos a armonizar nuestras diferencias a la luz de la Palabra de Dios, hoy creemos que debemos priorizar que los que nos llamamos cristianos seamos cristianos de verdad, y tengamos una conducta santa, que amemos a Dios y al prójimo.
¿Y qué lugar tiene Francisco en todo esto?
Aunque tiene profundas y firmes convicciones teológicos, según mi óptica, él no es un reformador de la teología. Él es un revolucionario. Él está encarando una revolución en la Iglesia, proponiendo que los cristianos encarnemos el evangelio, que vivamos las bienaventuranzas, que seamos como Cristo, mediante la fuerza transformadora del Espíritu Santo. Y esto es lo que más nos ha gustado de él, y ha bajado nuestras barreras.
¿Ve posible un reencuentro hacia el seno de Roma, y si es así, cree que es más factible con las iglesias evangélicas o con las iglesias orientales?
Veo posible un reencuentro hacia la única cabeza de la Iglesia que, según la Biblia, es Jesucristo. Y no solo lo veo posible sino que según mi convicción y fe va a suceder. El apóstol Pablo declara que Dios se propuso en sí mismo volver a unir todo bajo una sola cabeza, que es Cristo. Y estoy convencido que Dios es Todopoderoso, y lo hará.
Todos tenemos aciertos y errores: los católicos, los evangélicos y los ortodoxos. Debemos permitir que la verdad de la Palabra de Dios, en el poder y en la revelación del Espíritu Santo, nos santifique, y nos libre a cada uno de nuestros respectivos errores. De este modo la unidad perfecta que Jesús pidió al Padre se realizará.