Jordy Howe, de 16 años, fue juzgado en Florida por disparar un arma de fuego accidentalmente en el autobús escolar, presumiendo ante los compañeros de la pistola de su padrastro.

La bala terminó con la vida de Lourdes Guzmán de Jesús, una muchacha de tan solo 13 años.

Addy Guzmán, madre de la víctima, hizo a un lado el dolor por la pérdida de su hija, declaró su perdón al muchacho imprudente y acordó con las autoridades una rebaja de la pena.

El joven Jordyn Howe expresó su arrepentimiento y dolor por lo sucedido.

"Estoy apenado por su pérdida y me disculpo por haber hecho lo que hice", declaró el acusado a la juez, al momento de ser abrazado por la madre afectada.

El acto logró conmover incluso a la juez encargada del caso, quien expresó que el hecho es realmente admirable y que nunca había visto algo parecido durante 20 años de ejercicio de su profesión.

"Yo nunca imaginé que la madre de una víctima abrazara al asesino de su hija. Me doy cuenta de que la pérdida de esta preciosa niña podría potencialmente salvar la vida otros jóvenes", expresó la jueza Ellen Sue Venzer del condado Miami-Dade.

Addy Guzmán declaró a la prensa que esa es la forma en que a Lourdes le hubiera gustado que actuara, por lo que no guarda ningún rencor.

"Se ha hecho justicia, realmente lo perdono", señaló Guzmán.

Jordy Howe deberá permanecer en detención juvenil hasta que cumpla 19 años y luego realizará servicios comunitario para educar a los niños sobre los peligros de las armas.