Pero no la guerra. Porque decidió dejar para su pequeña Austin, apenas una recién nacida, diversos recuerdos para que la acompañen a lo largo de toda la vida que no podrá vivir con él. Entre esos recuerdos, un vídeo donde explica su situación y cómo vive los días que aún le quedan, por los que da gracias a Dios porque podrá despedirse de los suyos y pasar con ellos a plena dedicación sus últimas semanas.
Además del elemento emotivo y dramático de la situación en sí, en el vídeo destaca la actitud serena de Nick, cargada además de religiosidad. Él atribuye a Dios la paz que siente, y se le escapan las lágrimas al explicar su encuentro con Él. Como cristiano, dice, no teme a la muerte porque espera la salvación tras ella. Y ofrece argumentos de por qué no tiene sentido desesperarse por -aparentemente- perderlo todo en el mejor momento.