José Antonio Borrego, más conocido como Tete, es en estos momentos y sin ningún género de dudas el entrenador de moda en el fútbol sala. Con el UMA Antequera, club semiprofesional formado en su gran mayoría por universitarios malagueños, ha conseguido dos hitos increíbles: ganar la Copa del Rey y además ascender a la primera división, donde España es la gran potencia.
Tete ha logrado este éxito entrenando por las tardes y por las mañanas trabajando en su otra gran pasión: como profesor de Religión en dos colegios públicos de Málaga. Y es que Tete es un católico convencido y declarado. En su perfil de Twitter se define: “amo a mi familia. Exjugador profesional e internacional de fútbol sala y entrenador del UMA Antequera. Cristiano y profesor de Religión. Dios te ama”.
Hace unas semanas confesaba al semanario Alfa y Omega: “Soy cristiano católico y practicante, y vivo la fe con mi mujer en las comunidades neocatecumenales”.
Tras una larga trayectoria como jugador en varios equipos hace unos años volvió a Málaga y desde la Universidad de Málaga le animaron a retomar los estudios que aparcó cuando se hizo profesional. “Terminé la carrera de Educación Física y luego completé la especialidad de Religión, porque me ilusionaba mucho ser profesor de esta asignatura”, comentaba.
Vive con naturalidad su fe incluso en su faceta como entrenador: “mis jugadores conocen mis valores y hacen las típicas bromas sobre eso de vez en cuando pero cuando alguno se lesiona o pasa por dificultades no dudo en hablarles de Dios, porque sé por experiencia propia que Dios ayuda, y así se lo transmito".
Y lo mismo hace en las clases de Religión por la mañana. “Veo que muchos chicos hoy están vacíos y sin valores, y por eso creo que más que nunca es necesario que tengan esa referencia de la religión y de Dios. Es algo que tiene que ver con la vida y con la propia historia de nuestra civilización”. Por ello, ve “imprescindible” que exista esta asignatura, pues “para muchos niños, la Religión es el único contacto que tienen con todo lo que tiene que ver con Dios en su vida”.
En una conversación con la diócesis de Málaga, Tete habla de la importancia de la oración en su vida y en la de su familia. “La oración me da paz. No podría vivir sin rezar. Lo encuentro necesario tanto en los momentos de dificultad, porque me da tranquilidad y me hace ver lo verdaderamente importante, como en los momentos buenos, porque hay que dar siempre gracias a Dios por todo lo que nos regala”, explica.
En su opinión, la oración “es el mejor calmante para el dolor y la mejor vitamina para afrontar las adversidades de la vida. Además cuando eres capaz de conectar en la oración te inunda una inmensa felicidad que sólo lo puede explicar quién lo ha vivido alguna vez. ¿Y cómo se experimenta eso? Pues rezando mucho”.
Como profesor asegura tener la suerte de “rezar cada vez que comienzo una clase con mis alumnos/as. En mi familia solemos rezar juntos por la noche antes de dormir y damos siempre gracias a Dios cuando nos reunimos en torno a la mesa”.
Mientras tanto, en el deporte, reconoce que la fe le “ayuda a discernir a la hora de tomar decisiones y me da tranquilidad cuando las cosas no marchan como a mí me gustaría. También te hace tener los pies en el suelo ya que mi fe hace que valore lo realmente importante de la vida”.