El pasado 5 de julio se hizo público el milagro realizado por la intercesión de Álvaro del Portillo que la Congregación por la Causa de los Santos daba por bueno para culminar el proceso de beatificación.
El milagro es la curación del bebé chileno José Ignacio Ureta Wilson, quien con pocos días de vida sufrió numerosas y graves complicaciones de su salud hasta el punto de que con un mes de vida, sufrió un paro cardíaco entre 30 y 45 minutos. Sus padres pidieron la intercesión celestial de Álvaro del Portillo y el niño sobrevivió. Actualmente Jose Ignacio no presenta graves secuelas de las pasadas dolencias. (ReL explicaba aquí el milagro y testimonio de la familia).
El Prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, declaró sobre la noticia que "en este momento de profunda alegría deseo agradecer al Papa Francisco la beatificación de este Obispo que tanto amó y sirvió a la Iglesia. Desde ahora encomendamos al futuro beato las intenciones del Santo Padre: la renovación apostólica y el servicio a Dios de todos los cristianos, la promoción y ayuda de los más necesitados, el próximo Sínodo sobre la familia, la santidad de los sacerdotes”.
Como es habitual en las ceremonias de beatificación, se celebrará en una ciudad ligada a la vida del beato bajo la presidencia del Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato. La ciudad en este caso es Madrid, donde Portillo nació, creció y conoció a San Josemaría.
El domingo 28 de septiembre Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, celebrará una Misa de acción de gracias.
Ante la previsión de que un gran número de participantes lleguen de fuera de Europa, el Comité organizador está preparando también diversos actos en Roma para los asistentes que deseen luego peregrinar hasta allí desde España.
Además, se está estudiando que durante los días sucesivos a la beatificación, el cuerpo de don Álvaro, que actualmente reposa en la cripta de la Iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, en Roma, sea trasladado provisionalmente a la basílica de San Eugenio, para facilitar la afluencia de las numerosas personas que querrán rezar ante el nuevo beato.
Álvaro del Portillo, conocido en los ámbitos del Opus Dei como “don Álvaro”, vivió la mayor parte de su vida en Roma, pero siempre guardó su especial relación con Madrid, donde nació el 11 de marzo de 1914, y donde transcurrió la infancia y juventud junto a sus padres y a sus 7 hermanos. En la capital de España, en el año 1935, conoció a san Josemaría Escrivá de Balaguer y pocos meses después decidió a formar parte del Opus Dei.
El 25 de junio de 1944, tras finalizar los estudios civiles y eclesiásticos se ordenó sacerdote en Madrid de manos del obispo de la diócesis, Eijo y Garay. Y allí ejerció el ministerio sacerdotal hasta que, en 1946, se trasladó a Roma. Fue Prelado del Opus Dei desde 1975 hasta 1994.