Sebastián García, un seminarista español de 36 años de la Sociedad Misionera de Cristo Rey, falleció el 19 de diciembre, cuando el taxi en el que viajaba chocó con una camioneta, en la zona de Chosica, a poca distancia de Lima (Perú).
A Sebastián le faltaba ya sólo un año para ser ordenado sacerdote.
Una nota remitida a ReL por Marcos Vera Pérez, coordinador de los Jóvenes de San José en Barcelona (España), organización hermana de la Sociedad Misionera de Cristo Rey, recuerda su figura: "el hermano Sebastián lo dejó todo para servir al Señor como sacerdote de Jesucristo, como Misionero de Cristo Rey, dejó su antigua vida, su trabajo, su novia, su inminente enlace matrimonial, su familia, y después de unos años de formación en la casa que los Misioneros de Cristo Rey tienen en Sentmenat, la obediencia lo llevó a Perú a servir al Señor en tierra de misión".
"El hermano Sebastián siempre será recordado con una sonrisa en el rostro, con una alegría connatural, que supo sobrellevar por encima de los escollos de la vida. Un santo triste es un triste santo, nos decía la Madre Santa Teresa de Jesús, y el hermanos Sebastián siempre será recordado por estar alegre, gozáos siempre en el Señor; otra vez os torno a decir que os gocéis y regocijéis, dice el Apóstol San Pablo".
La nota confía en que "son muchas las almas que recordarán al Hermano Sebastián como un apóstol, como un hombre de Dios, son muchas las almas, tanto en América, como en España, que lo recordaran por sus consejos, por sus palabras de aliento, por sus clases de catequesis, por sus apostolados diversos. El hermano Sebastián fue para muchos un puente que les acerco al amor de Dios".
"La fe nos mueve a pensar que el hermano Sebastián está ya en el cielo, que el Señor lo ha acogido en su gloria, y que ahora está contemplando el rostro de quien sirvió durante su vida. Hermano Sebastián intercede por nosotros".
Al concluir su mensaje, Vera Pérez pidió "oraciones por los padres y familiares del hermano Sebastián".