En Irán, el país de los ayatolás, la conversión de un musulmán al cristianismo está gravemente penado. De hecho, ,a Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) advierte que son muchos los “sentenciados a al menos 10 años de prisión por sus actividades religiosas”.
Uno de ellos sería Seyed Mohammad Mahdi si no hubiera huido de Irán por su deseo de ser cristiano. En estos momentos este iraní es solicitante de asilo en España, vive en Burgos y este sábado cumplirá su sueño de ser católico cuando sea bautizado de manos del arzobispo Fidel Hérraez en la histórica catedral de Burgos.
El musulmán que quería ser cristiano
La diócesis castellana rescata la historia de dolor y ahora de júbilo de Mahdi. La historia de este proceso de preparación comenzó hace poco más de dos años cuando este iraní escribió: “quiero ser cristiano”.
Este mensaje estaba dirigido a las hijas de la Caridad que gestionan la Casa de Acogida San Vicente de Paúl. En ese momento Mahdi era un residente de aquella casa y logró escribir esta nota con la ayuda del traductor de su móvil.
Sorprendidas por el mensaje que habían recibido, las religiosas se propusieron ayudarlo para que pudiera cumplir su sueño de ser cristiano. Comenzaron un proceso de formación que este sábado culminará con su Bautismo.
"Allí las cosas están muy mal"
Mahdu se vio obligado a huir del país que le vio nacer debido a las leyes contra las conversiones al cristianismo. Y pese al riesgo de poder ser encarcelado se están produciendo en Irán cada vez más casos de musulmanes que se hacen cristianos.
Él mismo explica que “quiero a mi país pero no a su gobierno”. Y recuerda que “allí las cosas están muy mal, pues los cristianos son perseguidos”. Entre ellos hay varios amigos suyos, por lo que ante el “miedo” que tenía decidió huir de Irán.
En todo este proceso, tanto en Irán como ahora que está a la puerta de su bautismo le guió “el camino luminoso de Jesús y María”.
Un largo periplo hasta Burgos
Dejó su país con una Biblia en lengua persa como compañera y durante tres meses recorrió miles de kilómetros y varios países hasta que acabó en Burgos. Lo primero que hizo en esta ciudad fue visitar la catedral y después acudió a una comisaría para pedir asilo político por ser víctima de la persecución religiosa.
Los primeros meses los pasó en la casa de acogida de las monjas que iniciaron con él las catequesis y desde hace año vive en un piso de alquiler que le ayuda a pagar la ONG ACCEM. Ahora espera la resolución de asilo mientras busca trabajo por toda la zona.
“No sé explicar lo que siento; el camino de Jesús da mucha luz y es la opción que quiero seguir en mi vida”, agrega este catecúmeno. Y en este tiempo no parado ni un momento en su formación catequética, que ha mantenido constante con la ayuda de José Luis Lastra, consiliario de la delegación de Pastoral de Migraciones.
"Un Dios muy diferente al del islam"
Al principio se servían del traductor de Google para poder entenderse y, a medida que Mahdi comenzó con sus clases de español, el proceso se fue normalizando. Semana tras semana, un catecismo para niños ha servido para que Mahdi conozca los principales fundamentos de la fe cristiana: “Es un Dios muy diferente al del islam, no hay que temerlo, es amor”, sostiene.
Además, señala que “es Dios que viene a nosotros y no como en el islam, que somos nosotros los que tenemos que llegar a él”.
Mahdi tiene una hermana viviendo en Madrid, y ésta no se opone a que se convierta al cristianismo pues sabe que está “convencido” de hacerlo. “No sé explicar lo que siento, es como una realidad que veo en 3D; el camino de Jesús da mucha luz y es la opción que quiero seguir en mi vida. Además, desde que falleció mi madre hace tres años siento que la Virgen María me cuida y acompaña y siempre está conmigo”, confiesa.
Un bautizo retrasado debido al coronavirus
Su bautizo estaba previsto para esta pasada Vigilia Pascual pero la pandemia de coronavirus que obligó a suspender las celebraciones religiosas con fieles obligó a posponerla hasta este sábado. La espera habrá merecido la pena y finalmente será bautizado, recibirá la confirmación y la comunión en la misma celebración.
Sus padrinos serán Lali, una de las hijas de la Caridad que le ha acompañado en este proceso y Satur, un voluntario de la Casa de Acogida que también estuvo muy pendiente de él. Así empezará una vida nueva, “con un objetivo para el futuro lleno de verdad” y que le hará eternamente feliz. Y es que, como él mismo señala, “todo el mundo tiene su historia, pero la mía es diferente gracias a Dios”.