El Papa Francisco ha reconocido este martes 17 de diciembre las "virtudes heroicas" del sacerdote Manuel Herranz Establés (18801968), de la diócesis de Madrid, fundador tras la Guerra Civil de la Congregación de las Esclavas de la Virgen Dolorosa (www.esclavasvirgendolorosa.es), que se creó para atender a jóvenes embarazadas rechazadas por sus familias, personas ancianas y mujeres discapacitadas psíquicas.

En la actualidad, las Esclavas tienen 7 centros en España y 1 en México, y desde 2009 cuentan con un movimiento seglar, con estatutos propios reconocidos y aprobados por el Arzobispado de Madrid.


Manuel Herranz nació en Campillo de Dueñas (Guadalajara) el 1 de enero de 1880, fue ordenado sacerdote en 1904 y ejerció el sacerdocio en Madrid, donde murió en 1968. Su causa de beatificación fue introducida en 1988. Ahora, al reconocerse su virtud "en grado heroico", se le otorga el título de "venerable"; para ser declarado beato es necesario que se reconozca un milagro debido a su intercesión.

La obra de las Esclavas nació como una auténtica red pro-vida de acogida a tres colectivos especialmente vulnerables:
- las embarazadas y madres solteras, rechazadas por sus familias
- las adultas jóvenes mentalmente discapacitadas
- las personas ancianas

A todas ellas se les pretendía ofrecer un "ambiente hogareño", que los colegios y otros centros de otras congregaciones no podían dar a estos colectivos.

[Bajo estas líneas, un vídeo sobre la casa de las Esclavas para niños y madres en México; explica la historia de su fundación y su día a día]



Espiritualidad: la Pasión, la Virgen, los pobres

La Virgen María se presenta para las religiosas como modelo de humildad y disponibilidad ("Esclava y Maestra") que ayuda a comprender a los más pobres. La espiritualidad de la congregación se centra en "el amor a Jesús en los Misterios de su Pasión, el Misterio de la Sagrada Eucaristía y la oración personal, comunitaria y litúrgica". Su lema es “Todo por Jesús y por las almas”.

La primera intentona de fundar esta iniciativa surgió de una religiosa adoratriz, Madre Desamparados, acostumbrada al trabajo con chicas en la casa-colegio de las adoratrices, pero que veía que las jóvenes embarazadas rechazadas no tenían lugar adecuado para ser acogidas.

La superiora de las Adoratrices y el obispo de Madrid, Eijo Garay, la apoyaron para abrir una casita para estas chicas (en la calle Luisa Fernanda, 6). Pero era marzo de 1935, malos tiempos para significarse como católico. La Guerra Civil empezó 15 meses después.

El 23 de noviembre de 1936 los milicianos de izquierda entraron en la casa y detuvieron a todas sus moradoras. Madre Desamparados y las otras mujeres detenidas murieron mártires seis días después, el 29 de noviembre.




Pero la idea pervivió. Al acabar la Guerra Civil, en 1939, el obispo Leopoldo Eijo Garay retomó el proyecto y lo encargó al padre Manuel Herranz, entonces de 56 años (más anciano en la foto sobre estas líneas). Se empleó un piso en la calle Hermosilla, 129. Los inicios fueron muy precarios, faltaban las personas adecuadas, pero desde 1944, bajo el liderazgo femenino de Sor María Esperanza Cornago Francés, la comunidad y su asistencia a los necesitados se consolidó.

Los herederos espirituales del padre Manuel Herranz releen algunas de las frases de ánimo y devoción que escribía en sus cartas, recopiladas con el título "Semillas de Vida". 

"Para las almas consagradas: ¿sabéis lo que os falta para ser perfectas esposas de Cristo? Tener el Evangelio ( la vida, la doctrina y el espíritu de Jesús) muy dentro de vuestro espíritu. Si lo tuviérais, haríais proezas, o mejor, Jesús las haría por vosotras", escribió.