El hermano Vincenzo Codella acaba de fallecer a los 102 años de vida. Con 50 años ingresó en la orden de los hijos de San Camilo de Lelis –los ministros de los enfermos– y el encuentro con el Padre Pío fue determinante en su llamado vocacional.
Codella era el camilo más viejo del mundo y murió en Messina a la edad de 102 años y 8 meses. Originario de Calitri, en la provincia de Avellino, Fray Vincenzo se jactaba de haber tenido al Padre Pío como confesor.
¡No mires atrás!
Es más, su propia vocación estaba ligada al Padre Pío, como recordó el superior provincial de los Camilos del sur de Italia, el hermano Carlo Mangione. El blog de los Padres Camilianos cuenta que Vincenzo acudió un día a San Giovanni Rotondo y confesó a San Pío su deseo de ser fraile menor capuchino: el Padre Pío lo miró y, tal vez leyendo en él alguna inconsistencia, le dijo: "Chico, ¿tienes fuerzas?". Pero, Vincenzo no respondió y se fue.
Después de mucho tiempo, Vincenzo regresó a San Giovanni Rotondo y para aquel entonces ya había sabido de la existencia de los camilos. Trabajador del campo, el testimonio de un vecino que había entrado en la orden le tocó para siempre y así conoció la figura de San Camilo de Lelis y la gran labor de sus hermanos al servicio de los enfermos.
Vincenzo entonces decidió someter el asunto al Padre Pío y partió hacia Gargano. El Padre Pío le dijo: "Te bendigo, hijo mío, estás haciendo lo correcto. Una vez que hayas hecho las maletas, ¡no mires atrás!". Así Vincenzo, de casi 50 años, se convirtió en hermano.
Durante sus años como religioso fue sacristán, capellán y ministro de la Comunión. Desarrolló un apostolado sencillo, repartiendo medallas, rosarios y estampas. Tenía devoción mariana: nunca abandonó el rosario. Es recordado como una persona muy humilde, con gran carisma hacia los enfermos, jovial y atento también con sus hermanos.
La Orden a la que pertenecía el hermano Vincenzo fue fundada hace 450 años por el italiano San Camilo de Lelis y se ocupa de la asistencia a los enfermos, tanto desde el punto de vista físico como espiritual. Está presente en 40 países de todo el mundo; son unos 1200 religiosos en el mundo, y junto con las Hijas de San Camilo llegan a los 2OOO consagrados.