Este 30 de septiembre se han cumplido 125 años de la entrada en la eternidad de la “santa más grande de los tiempos modernos” (San Pío X). El próximo 18 de octubre es el aniversario de los 25 años de la proclamación de Santa Teresa del Niño Jesús como Doctora de la Iglesia. El Papa Juan Pablo II con la carta Divina Scientia Amoris (La ciencia del Amor) desarrollaba las razones de la proclamación de la nueva doctora de la Iglesia, la más joven de todos los tiempos.
Con motivo de estas efemérides el sacerdote de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, José Maria Alsina, nos resume en 12 expresiones el camino de santidad, “la ciencia del amor” con la que Teresita sigue guiando a una “legión de almas pequeñas” en el camino hacia el cielo.
1º “Amar es darlo todo y darse uno mismo”
Estas sencillas palabras se encuentran en su poesía ¿Por qué te amo ¡oh, María!?”. Teresa desde la contemplación del misterio de la Virgen, describe en que consiste el amor: donación sin reservas, del todo, al Todo y a todos.
2º “El ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos ¡oh, Jesús!”
Aquí está la “clave” del descubrimiento del “caminito” por Teresa. El camino del amor se recorre descendiendo… dejándose amar desde la humildad, la confianza y el abandono, dejándose tomar por los brazos de Jesús que nos levantan hasta lo “más alto” de su Corazón.
3º “Amar mi propia pequeñez”
Palabras a su hermana María (Sor María del Sagrado Corazón) a la que le enseña que lo que le agrada a Dios no son los deseos grandes de santidad, sino que “ame su pequeñez y su pobreza y la confianza que tiene en su misericordia”.
4º “Ganar a Jesús por el corazón”
Así le explica a su hermana Leonia como hay que conquistar el cielo, haciendo pequeños actos de amor con los que se “gana a Jesús por el Corazón”.
5º “Lo escojo todo”
La magnanimidad es la virtud definidora de los santos. Teresa con estas palabras magnánimas pronunciadas siendo una niña entiende el anhelo y deseo su vida, no negarle nada a Jesús y escoger todo lo que Él quiera para ella; hacer en todo su voluntad.
"Amar la pequeñez", entregarse por completo a Cristo sin reservas y un profundo amor a la Iglesia fueron algunas guías en la vida de Santa Teresita de Lisieux.
6º “Rosa deshojada”
Es el título de una poesía y resumen de como Teresa entiende el desarrollo de la vida de perfección en la tierra. La imagen de una rosa que, desde el silencio y sin que se perciba, va dejando sus pétalos, sencillos actos de amor, a los pies de Jesús, es icono de la santidad que vivió y quiso enseñar a vivir con su caminito.
7º “Corazón a corazón”
Así comprende Teresa la devoción al Corazón de Jesús. Con estas palabras dirigidas a su hermana Celina, Teresa da a entender lo que para ella es el principio y fundamento de esta devoción: vivir ya en esta vida una relación personal con Jesús, vivir de veras con Cristo vivo.
8º “Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo”
Esta frase de Teresa queda recogida en el inicio de la sección sobre la Oración del Catecismo de la Iglesia Católica, significando la sencillez y profundidad con la que Teresa ha mostrado para estos tiempos como hay que dirigirse a Dios nuestro Padre.
9º “En el Corazón de mi Madre la Iglesia yo seré el Amor”
Exclamación de Teresa al descubrir en la lectura de la carta de San Pablo sobre la caridad cual era su vocación, su lugar en la Iglesia. Ella quiere latir en sintonía con la esposa de Cristo y hacer que este latido de amor se extienda hasta los confines de la tierra. No en vano fue proclamada patrona de las Misiones.
10º “La Virgen es más Madre que Reina”
La relación filial con la Virgen María le llevaba a mostrar su extrañeza ante ciertos tintes con las que se presentaba a la Madre del Cielo. Teresita habla desde su propia experiencia. Ella, desde niña, curada milagrosamente por la sonrisa de la Virgen, percibió a la Virgen como Madre cercana que acompaña nuestros pasos con delicadeza y ternura.
11º “Dios mío, te amo”
Son las últimas palabras de Teresa el 30 de septiembre de 1897. Puente entre el cielo y la tierra. Con ellas resume su vida y la misión que se la ha confiado en la Iglesia: dar a conocer para estos tiempos el misterio de Dios revelado a través de Cristo para que los hombres le amemos sin miedos ni reservas.
12º “Pasaré mi cielo haciendo bien en la tierra”
Para Teresa el cielo no es “lugar de descanso”. Desea vivir para siempre con Dios para hacer que desde el cielo “descienda una lluvia de rosas” que atraiga a muchas almas por el camino de la confianza y el amor. La misión de Teresa sigue desarrollándose. Hoy 125 años después de su muerte la doctrina de Teresa sigue fecundando el corazón de una “legión de almas pequeñas” que por su magisterio e intercesión han descubierto el camino universal de la santidad.