La piloto de automovilismo María de Villota, de 33 años, ha muerto en la madrugada de este viernes 11 de octubre por causas naturales, probablemente ligadas al grave accidente que sufrió en julio de 2012 y que le dejó diversas secuelas, pero que también la reveló al mundo como un ejemplo de superación.
Desde marzo de 2013 era una de las encargada de la Categoría de Monoplazas de la Comisión de Pilotos de la Federación Automovilística Internacional (FIA). El pasado mes de julio se casó en Cantabria con Rodrigo García Millán.
La familia, muy ligada al mundo del motor -su padre es el piloto de Fórmula 1 Emilio de Villota, ha publicado un mensaje de agradecimiento en Facebook:
«Queridos amigos: María se nos ha ido. Tenía que ir al cielo como todos los ángeles. Damos gracias a Dios por el año y medio de más que la dejó entre nosotros. Fdo. Familia Villota»
En medio de una gran expectación mediática, la furgoneta que transportaba los restos de la piloto de Fórmula 1 ha salido del hotel a las 10.10 horas. Pocos minutos antes salía del lugar un sacerdote.
Fernando Alonso, dos veces campeón mundial de Fórmula 1, que se encuentra en Suzuka participando en el Gran Premio de Japón, se mostró muy sorprendido por su muerte. "No sé muy bien qué decir, sólo rezar por ella, por su familia y por toda la familia del mundo del motor, donde era muy querida por todo el mundo", ha declarado.
María fue hallada ya muerta a las 7 de la mañana en el hotel Sevilla Congresos, donde se alojaba para participar en el sexto congreso ´Lo Que De Verdad Importa´ (www.loquedeverdadimporta.org) sobre superación y prioridades en la vida que propone coraje y esperanza ante las dificultades.
Además, su fallecimiento se produce pocos días antes de que la piloto presentara su libro ´La vida es un regalo´, un testimonio de valentía y optimismo.
María había tenido cierta relevancia como automobilista:fue la primera mujer que participó en el campeonato el Mundial de Turismos, en la Superleague Formula y en hacer la pole en el campeonato Ferrari Challenge, y la primera española en participar en las 24 Horas de Daytona.
Pero su popularidad llegó después del accidente, en ese año y medio posterior a la pérdida de su ojo y algunas facultades físicas: "Estoy segura que lo mejor esta por venir y el cariño que he recibido de todo el mundo ha cubierto ya lo que hubiera cubierto toda una vida", declaró meses después del siniestro.
En ReL contábamos su historia hace unos meses.
»Chocó contra un camión y su casco quedó hecho añicos. Estuvo a punto de morir, perdió el ojo derecho y tras varias operaciones lleva seis placas de titanio en la cabeza. Su sueño de ser piloto titular y emular a su padre se ha desvanecido pero lejos de venirse abajo ha visto la mano de Dios en todo este tiempo y asegura que el accidente le ha cambiado de manera radical la forma de ver la vida.
»En este duro proceso desde que sufrió el terrible accidente ha experimentado una fuerza sobrenatural. “Cuando paseo por la calle la gente me dice que ha rezado mucho por mí. Se lo agradezco. Cuando volví un primo mío falleció y yo no. Dios ha jugado un papel muy importante en mi recuperación”, afirmaba María de Villota.
»Su hermana Isabel estaba presente cuando María chocó contra el camión y meses después explicó en la revista Hola cómo hubo una mano divina en todo este suceso. Ella llegó la primera al lugar del accidente: “intenté sacar el coche de debajo, empecé a gritar, hasta que vinieron todos los mecánicos. A mí me separaron del coche y ya no me dejaron volver a donde estaba María”.
»Isabel recuerda que “no paraba de preguntar: ¿está muerta?, ¿está muerta?, y ellos me decían: “no lo sabemos”. Entonces fue cuando me tiré al suelo de la pista, me puse a rezar como una condenada y, al cabo de los angustiosos minutos que pasó inconsciente, alguien dijo: ‘se está moviendo’. Y yo pensé: ‘gracias Dios mío’.
»La hermana de la piloto considera que no estaba con ella en esas pruebas en Reino Unido por casualidad. “Fue como una señal de Dios, porque sentí que tenía que ir”. María lo ve así también: “estoy segura de que, desde el momento que llegó al coche, la oración, las decisiones que tuvo que tomar en el hospital, todo lo hizo con tanta eficacia…”.
»María ha experimentado un cambio importante en su interior y no sólo físico debido al accidente en todos estos meses. En una entrevista en Car&Driver confiesa que “te das cuenta de que ves más que antes. Yo antes sólo veía la Fórmula 1, sólo me veía encima de un coche compitiendo y no veía lo que realmente era importante en mi vida”. Por ello, recuerda que “no tengo un ojo, no tengo olfato, pero tengo por delante otro ojo y el tacto”.
»De hecho, hay una frase que define a la perfección cómo ha afrontado María este trauma: “mi aspecto de ahora dice mucho más de quien es María de Villota que el aspecto anterior. Llevo mi historia y la llevo con muchísimo cariño y orgullo”.
»“He coincidido con gente que lo ha pasado muy mal. Al final hay que disfrutar de lo que tienes porque no hay más. Disfrutar de las cosas pequeñas. Esa pizca de humor es necesaria para seguir adelante. Voy a dar toda esa energía”.