El padre David Ochoa no se amedrentó tras ser asaltado por un delincuente, lo persiguió, lo redujo, y recuperó lo que era suyo. El cura dio aviso a la policía y el ladrón fue encarcelado. El hecho sucedió el viernes 27 de septiembre por la mañana en Mar del Plata (Argentina).
Los dos hombres tenían similar edad: 38 años el delincuente, 39 el sacerdote,
El padre Ochoa salía del jardín de infantes Jesús Obrero, y mientras caminaba los cien metros de distancia hacia la parroquia Cristo Resucitado, de la que es el titular, un ladrón, que simuló tener un arma de fuego, lo agredió verbalmente y lo amenazó para robarle lo poco que el cura tenía en sus bolsillos. Tras un forcejeo, el delincuente corrió en fuga con los 40 pesos que le robó al padre David.
Pero lejos de atemorizarse por lo sucedido, el sacerdote corrió persiguiendo al delincuente. Lo alcanzó en la esquina de Fortunato de la Plaza y Casildo Villar y le quitó el dinero robado.
Tras encontrar al ladrón, el padre dio aviso a la policía a través de un llamado al 911 y minutos más tarde el personal de la comisaría 16ª se lo llevó detenido.
El delincuente fue identificado como Mauricio Oscar Tancredi, de 38 años. La fiscalía de flagrancia dispuso la formación de una causa por robo agravado en grado de tentativa y su traslado a la alcaidía Penitenciaria de Batán.
Ochoa, de 39 años, es un cura muy humilde que oficia como párroco en la iglesia Cristo Resucitado, ubicada en la intersección de las calles Nápoles y Friuli, en el barrio El Martillo.
El padre Ochoa forma parte de la generación de curas jóvenes de Mar del Plata, y su nombramiento al frente de la parroquia que hoy dirige, por parte del obispo de Mar del Plata, Antonio Marino fue apenas hace diez meses.
En rigor, Ochoa es el primer párroco oficial de esa iglesia, ya que en diciembre de 2012 Cristo Resucitado fue elevada al rango de parroquia.
Ochoa es conocido en el barrio como un cura humilde y solidario. Su labor cobra mucha más importancia tratándose de un barrio muy necesitado como El Martillo: según un estudio de la Universidad de Mar del Plata, la gran mayoría de los habitantes vive en la pobreza y el empleo precarizado.