Fabio Salvatore es un actor, director y escritor italiano. Pero ha sido con esta última faceta donde ha cosechado un gran éxito en Italia hablando de su lucha contra el cáncer y de cómo el amor es más fuerte que los sufrimientos.
Autor de libros como Cáncer, no me asustas (2008) o El miedo no existe (2010), entre otros, el autor habla del encuentro con Dios precisamente a través de la enfermedad, y que ha sido paradójicamente lo que le ha llevado a la felicidad.
En una entrevista con el semanario Credere explica cómo se puede ser feliz tras sufrir un cáncer que ha convivido con él casi 20 años, con la incómoda enfermedad de la fibromialgia y tras haber visto morir a su padre en un accidente de tráfico.
"Una persona afortunada"
“Sólo si me quedo en la superficie puedo pensar que mi vida es triste. Me considero una persona afortunada porque soy un hombre que vive a pleno pulmón, que ama y que no quiere caer en la trampa de la no-vida”, afirma este artista en la entrevista.
Salvatore explica este concepto recordando que “muchas, muchas veces, la vida pasa por nosotros sin que nos demos cuenta: vivimos con la cabeza gacha, sin levantar la vista hacia el cielo”.
Lejos de lamentarse y vivir en la queja constante, él ha asumido la enfermedad y el dolor de otra manera. “No lo eliges y nadie te lo envía. Simplemente, sucede porque la vida también está hecha de sufrimiento. No puedo creer que en 2018 alguien todavía piense que Dios se levanta por la mañana y decide enviar una enfermedad a alguien”, agrega.
En su larguísima enfermedad, un cáncer de tiroides que ha ido y vuelto varias veces desde que tenía 22 años, así como con la fibromialgia, su experiencia es clara, y son la base de sus libros: “la existencia está hecha de momentos en los que experimentas el sufrimiento, grande o pequeño, tal vez incluso una pérdida o un momento de oscuridad personal. Sin embargo, si ponemos el amor en el centro de nuestra vida, podemos transformar cualquier evento en luz”.
"La fe transforma el duelo en baile"
Él ha encontrado todo este consuelo en la fe en Dios. “Es decisiva porque te permite vivir cosas, sin aferrarte a ellas. La fe transforma el duelo en baile o el sufrimiento en una oportunidad. Personalmente, espero, con mis libros, poder dar un testimonio auténtico, que sea un motor de renacimiento para los corazones”, cuenta Fabio Salvatore.
Salvatore cuenta en la entrevista que siempre ha sido católico, “pero un cristiano tibio, el clásico sepulcro blanqueado”. Sin embargo, agrega, “conocí la poesía de Alda Merini y me redescubrí amado por Jesús: me ama y nos ama, siempre y de todos modos. Somos nosotros quienes nos tapamos los oídos y nuestros corazones porque no queremos escucharlo. Ese camino ha tomado mi corazón, convirtiéndome en un hombre nuevo”.
Y así fue como se integró en Nuevos Horizontes, grupo fundado por Chiara Amirante, centrada en la evangelización y en la acción social. Hoy cuenta con 140 centros de acogida y orientación, 20.000 colaboradores comprometidos y 150.000 evangelizadores jóvenes llamados "Caballeros de la Luz", además de 500 grupos de oración.El trabajo con los necesitados y la evangelización, especialmente entre jóvenes y en la calle, son sus aportaciones especiales.
Y lanza un mensaje al mundo: “Debemos ser católicos más activos en nuestras vidas”.
El miedo, el principal obstáculo
Para su vida y para el sufrimiento el amor debe ser el centro. Esta es la clave que da a todo el que le pregunta. “No es fácil porque requiere que dejemos de aferrarnos a nosotros mismos y a las cosas. El principal obstáculo es el miedo. Vivimos en una miedo ancestral incluso cuando sucede algo bello: intentamos imaginar lo que podría suceder después de tanta alegría, temiendo lo peor, y nos olvidamos de disfrutar plenamente de la felicidad del momento”. Para Fabio, este es el principal problema, “posponemos incluso las cosas bellas, por miedo”.
Por ello, cuando ha estado agotado por la enfermedad ha sido capaz de decir que “el sufrimiento te deslumbra. No hay una regla preconcebida para comenzar a ver, sino que la vida tiene que ser vivida: solo de esta manera te das cuenta de que este mundo, tan lleno de obstáculos, también es rico en cosas maravillosas”.
“Gracias Jesús por el don de la vida y gracias por darme a María, una madre que ha vivido mi enfermedad (…) No soy diferente de los demás. He tenido una fortuna y una gracia en mi vida, para ser elegido por el amor de Dios, pero es una gracia que todos tenemos”, concluye este actor, director y escritor de éxito.