Marko Purišić, que acaba de ser subcampeón de Eurovisión con Croacia, tenía una exitosa carrera de músico a sus 25 años. Actuaba para miles de personas y era un compositor muy solicitado. Sin embargo, un gran vacío lo invadía por dentro, hasta que una conversión lo cambió todo. La revista croata Bitno lo ha entrevistado recientemente.
Más conocido por su nombre artístico de Baby Lasagna, Purišić lanzó la canción Rim Tim Tagi Dim –que habla de un joven que se marcha del campo a la ciudad– a principios de este año. Ganó un concurso nacional de música en Croacia, y acabó representando a su país en el Festival Eurovisión 2024, donde ha quedado en segundo lugar.
Es el mejor resultado de la historia de Croacia en Eurovisión, y en su país le han recibido como un héroe. El primer ministro, Andrej Plenkovic, ha anunciado que el Estado le otorga un premio de 50.000 euros. Él ha renunciado a ese dinero, pide que se entregue a la lucha contra el cáncer, al Instituto de Oncología y Hematología Pediátrica del hospital Mladen Ćepulić y al Instituto de Hematología, Oncología y Trasplante del Hospital Pediátrico de Zagreb.
La ayuda de un sacerdote
Desde su conversión hace unos años, Purišić asegura que sabe distinguir muy bien entre la felicidad que da el éxito de un concurso musical y la verdadera alegría que proviene de seguir a Cristo. Aunque, hace apenas unos años, ese no era el caso.
"Yo era mi propio dios, todo estaba subordinado a mí. Y, dentro, ¿qué había? Oscuridad, quebrantamiento y tristeza. A veces lloraba durante días", comenta el cantante. "No podía estar rodeado de gente, me aislaba en mi apartamento. Tenía mucha presión, como si mi corazón estuviera siendo apretado sin piedad por el puño de otra persona. Estaba cansado, desesperado, y me deprimí", relata.
Hasta que esa pesadez se volvió insoportable, y el joven llamó a su padre, quien lo llevó a conocer a un sacerdote amigo cercano. Esa conversación marcaría un punto de inflexión para Purišić. "La oscuridad comenzó a desaparecer lentamente, y la felicidad y un sentimiento de plenitud fueron retomando su lugar", comenta.
"Por primera vez quise escuchar lo que me decía la Iglesia y no sólo hablar. ¿Qué quieres decirme, Dios? ¿Cómo puedes ayudarme? Y, entonces, recibí una respuesta. No fue una grabación de audio, fue más bien una certeza en mi corazón, con el que Dios me hizo saber: 'Tú eres mío'", confiesa el artista croata.
"Dios se acababa de convertir para mí en una persona viva. Cuando recuerdo esas palabras, me pongo a llorar", dice. Nacido en Umag, Croacia, Purišić creció asistiendo regularmente a la iglesia con sus padres. Pero, aunque seguía lo que decía la Iglesia, veía el catolicismo como una especie de folclore destinado a darle simplemente buena suerte.
"Iba a la iglesia, pero me comportaba como me apetecía. Incluso cuando rezaba, siempre estaba pensando en mis deseos y necesidades", recuerda. En un momento, el croata formó parte de una banda de música con iconografía muy anticristiana. Hasta que tomó la decisión de abrazar la fe y supo que tendría que renunciar a ciertos elementos de su vida.
"Dejé de escuchar algunas bandas que me gustaban mucho, especialmente aquellas que tenían canciones contra Jesús. Todo eso sucedió de forma natural, al igual que un culturista que quiere ganar un concurso y renuncia a la pizza. Simplemente no podíamos ir de la mano. No perdí nada, lo gané todo. Con Dios me recuperé", comenta.
Sin embargo, vivir la fe no iba a significar que sus problemas fueran a desaparecer. "Después de mi conversión pensé ingenuamente que mi vida sería más fácil. La oscuridad desapareció de mi corazón, fue reemplazada por la luz, pero todavía había algo de sufrimiento", confiesa.
Emocionado con The Chosen
"Yo esperaba que Dios fuera una especie de administrador, que dirigiera mi vida y solucionara mis problemas, pero encontré grandes desafíos y luchas. Aunque, creo que estoy logrando avances en esa luchas", explica. Purišić admite también que tiene la sensación de que su tiempo para Dios se le escapa debido a sus obligaciones como artista.
Por eso, a menudo se pregunta si este tipo de vida es el indicado para él. "Siempre fue un sueño para mí ganarme la vida haciendo música, pero a veces no estoy seguro de si esa es la voluntad de Dios para mí", admite.
"Además de la música, a mí me inspiran los santos, su sencillez y su pobreza, así que me pregunto si se pueden combinar ambas cosas. Tal vez sea necesario aportar algo que no sea simplemente sexo, drogas y canciones baratas a este lodo que llamamos música. Eso es lo siguiente que discutiré con mi padre espiritual", comenta el croata.
Al hablar de santos, Purišić dice que sus modelos son San Padre Pío y San Pablo. También se inspira en los clásicos de la literatura rusa, como Dostoyevski, y en la música clásica. Y, a pesar de las exigencias de su carrera musical, se preocupa por alimentar su fe. "Leo varios versículos de la Biblia todas las mañanas, creo que es importante conocer Su Palabra. También escucho música cristiana y veo The Chosen, cada episodio me hace llorar", explica.
Puedes ver aquí la actuación de Croacia en el pasado Eurovisión.
"En realidad, encuentro cosas que me consuelan en todas partes. Aunque, la Eucaristía es lo más importante para mí", dice. Mientras continúa discerniendo su futuro, su atención se centra en su objetivo final. "Me gustaría ser como esos santos que quisieron morir por su Señor. Como San Pedro, que pidió ser crucificado cabeza abajo", afirma. "Hay una voz dentro de mí que me dice que no soy lo suficientemente valiente ni fuerte. Pero hay otra voz más fuerte que dice: 'No temáis'", concluye.
Baby Lasagna actuará en directo en España en el Festival Brava, que se celebrará los días 20 y 21 de septiembre en Madrid, con otros músicos del entorno eurovisivo.