La comunidad católica de Bahía Blanca acompañará la celebración eucarística en la que el diácono
Juan Carlos De Piazza recibirá el orden del diaconado de manos del arzobispo, monseñor Guillermo José Garlatti.
La ordenación de De Piazza no será una más, por el honor y la gracia que la vocación sacerdotal reviste, pero también porque ha estado casado, y como fruto de ese matrimonio, tuvo dos hijos y hoy cuenta con seis nietos. Según confirmaron desde la catedral metropolitana a esta agencia, su hijo estará presente en la celebración, en tanto que su hija, que reside en España, seguirá los acontecimientos por video-conferencia.
El futuro presbítero De Piazza será probablemente el referente eclesial de Saldungaray, una localidad que se revolucionó tras el conocimiento del permiso concedido por Benedicto XVI para este viudo de 73 años. Su caso debió ser estudiado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a fin de revocar el carácter de permanente que revestía su tarea como diácono.
"La noticia me tomó por sorpresa y me impactó más de lo que imaginaba. Lo primero que hice fue llamar a mi hija Mónica, a España, y a mi hijo Pablo, a Mar del Plata", recuerda De Piazza, que revela que sus nietos -tiene seis- aún no comprenden bien la situación.
Viudo a los 34 años
La misa en la que el servidor será promovido al orden presbiteral se llevará a cabo mañana, viernes 31 de mayo, a las 19, en el gimnasio del Instituto Fortín Pavón (Pavón 560), de la localidad bonaerense de Saldungaray. Luego de la ceremonia religiosa, se realizará una cena en el gimnasio del Club Porteño.
De pequeño, el padre De Piazza ingresó a la Acción Católica Argentina. Tiempo más tarde, se hizo terciario franciscano e incluso realizó un discernimiento sacerdotal. A los 34 años quedó viudo, luego de que su mujer, Mirta, falleciera en un accidente de tránsito.
Durante años fue secretario del fallecido arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Rómulo García, hasta que en 2010 lo ordenaron diácono permanente. "Dios fue haciendo su obra en mí. Hice un proceso de discernimiento, e incluso monseñor García me lo había sugerido, pero yo no estaba muy seguro. Lo vivo desde mi familia, e incluso antes de pedirle a la Santa Sede la ordenación, avalado por monseñor Garlatti, lo consulté con mis hijos", explicó.
"Mi hija está rezando para que mi ministerio sacerdotal sea fecundo. Me escribió un correo diciendo: «Rezo para que tu ministerio sea fructífero, papi». Es algo que me dejó helado", reveló el diácono.
El lema elegido por el futuro sacerdote, que se mantuvo en estos años al servicio de la Iglesia como diácono permanente, es “Yo anunciaré Tu nombre a mis hermanos”, frase tomada del libro de los Salmos.