Andrea Bocelli es uno de los músicos más admirados y queridos del panorama internacional abriendo al público general un género musical en el que él destaca como tenor. De este modo, a este artista italiano se le ha podido ver actuar en grandes escenarios, con artistas del pop o incluso interpretando el himno de la Champions League en una final.
Bocelli es completamente ciego. Nació con un glaucoma que le dejó completamente si vista a los 12 años. Y una de las cosas que más admira de sus padres es que desoyeron a los médicos y decidieron no abortarle. De haber sido así, el mundo habría perdido a un ser único e irrepetible y a un tenor de fama mundial.
En una entrevista con José Antonio Méndez para la Revista Misión, el cantante de 63 años habla de la familia y de la importancia de la fe en su vida. De sus padres recuerda que le educaron en los “valores cristianos”, especialmente con “el ejemplo”.
“Me forjaron, me criaron en el seno de una familia unida y me dieron una educación que fue preciosa para poder continuar mi vida. Entre las muchas enseñanzas que podría citar destaca su capacidad para no darse por vencidos. Es algo que vivieron ya desde el embarazo, cuando los médicos aconsejaron a mi madre que abortara porque su hijo iba a nacer con graves patologías. Ella ignoró un consejo tan impropio y siguió con el embarazo, con el apoyo de mi padre. Sin ese gesto de valentía y de fe, hoy yo no podría estar aquí para contarlo”, afirma Bocelli.
Es por ello por lo que este artista incide en que “la herencia más grande que he querido transmitir a mis hijos son esos valores universales y perpetuamente actuales que he aprendido a encontrar en el Evangelio, corazón de la sabiduría”. Estos son conceptos como “ama a tu prójimo como a ti mismo” o “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
Andre Bocceli es un católico declarado que no oculta su religiosidad ni la vive únicamente en el ámbito privado. Para él, “la fe es humildad, es disposición a maravillarse, es la carrera hacia el Cielo que está por encima de nosotros y también dentro de nosotros: esa parte más profunda, incognoscible e inmortal que es el alma”.
Él va más allá y considera que “la fe es el centro de gravedad en mi vida, y afecta tanto a mi vida privada cono a la profesional”.
Sin embargo, Bocceli también advierte que “la fe no se adquiere a coste cero; como en el crecimiento en cualquier disciplina, la fe requiere compromiso, perseverancia, sacrificio. Y para comprometerse y progresar en la fe, hace falta cumplir ciertas prácticas sencillas y ‘plegarse’ a la oración”.
Pasando de este modo de la fe a la oración, para el tenor esta última es “un momento de encuentro con Dios, es medicina sanadora, es bendición. Al orar elevamos el alma y la ponemos en contacto con una dimensión paterna superior. Para el ego, orar es objetivamente una contradicción, una entrega. Sin embargo, la oración trae consigo grandes enseñanzas, la primera de las cuales es la humildad intelectual. Para mí es un camino esencial, un ejercicio espiritual para elevarme y para superarme, como las tablas de multiplicar que los niños se ven forzados a enfrentar, o los arpegios para el aspirante a pianista, o las vocalizaciones para el cantante”.
Profundizando en su “intensa y diaria” relación con la oración, Bocelli afirma creer “en la práctica devocional, que es el alimento esencial en mi camino de fe y una fuente constante de renovación. Uno de los momentos más intensos de mi día es el rezo del santo Rosario. Y a menudo también vivo el canto, desde alguna propuesta de música sacra o alguna canción que hable de la dimensión más espiritual, como una forma de oración. En cierto sentido, la música multiplica la oración, como recuerda San Agustín”.
Preguntado por la importancia de la familia, el tenor italiano asegura que “es el pilar fundamental de la sociedad, es el lugar ideal en el que buscar la armonía y el respeto mutuo”.
En su opinión, “el matrimonio, cuando es un sacramento, puede dar plenitud y sentido a la existencia. Y más cuando realiza el milagro de la vida a través de los hijos. Para un creyente, sellar ante Dios este pacto de amor entre un hombre y una mujer tiene un significado muy importante”.
Para que la familia funcione, al igual que el matrimonio, Bocelli cree que es importante la “lealtad” y la “fidelidad”.
“El ser humano debe lidiar con el instinto y, como muchas especies cercanas a nosotros, en estado salvaje incluso podría tender a la poligamia. Sin embargo, hemos sido dotados de un espíritu evolucionado y consciente, que nos ha permitido comprender la bondad moral de la monogamia. Lo que tratan de poner en práctica dos personas que se aman, cuando cada una es consciente de la herida y el dolor que una traición supondría para la pareja, es esa promesa de lealtad y de fidelidad que, con toda justicia, sancionaron ante el Cielo”.