Javier tiene 3 años y lleva doce meses ingresado en un hospital de la Comunidad de Madrid, a la espera de un corazón que le pueda ser trasplantado. El suyo, a causa de una enfermedad congénita, no funciona bien y le hace dependiente de aparatos y tratamientos que le impiden regresar a casa.
Sus padres, que tienen otros tres hijos, están con él todo el tiempo posible, pero desde hace unas pocas semanas cuentan con "refuerzos" para acompañar al pequeño. Hasta la habitación de la clínica llegó una de las capillas del Padre Pío que empezaron a difundirse como la pólvora desde finales de mayo, primero en Madrid, luego por el resto de España, y ahora ya en América también.
La imagen del santo de Pietrelcina fue instalada junto a la cama de Javier, quien cada mañana le daba los buenos días nada más despertarse. Al cumplirse la novena, el siguiente eslabón de la cadena acudió al centro hospitalario para llevársela, pero para el niño fue un drama: "¿Por qué me lo quitáis? ¡Es mi amigo, el que me va a curar!" La escena conmovió a todos, si bien, a pesar de su corta edad, el niño comprendió que así debía ser y se despidió del santo.
Paloma Fernández, que fue quien puso en marcha la difusión de las capillas, estaba presente y quiso encargar una específicamente para el crío, pero el ebanista que las está fabricando zanjó el tema: "¡Ésta se la regalo yo!" Y hoy, dos meses después, Javier sigue amaneciendo con su "amigo" al lado, esperanza para él y para sus padres, hermanos y familiares, que no dejan de rezar para que, si es la voluntad de Dios, el santo más extraordinario del siglo XX haga "una de las suyas".
Javier con su amigo, esperanza para todos sus seres queridos.
"A través de las capillas te das cuenta de cuánta gente hay sufriendo", explica Paloma, antes de recordar, pensando en el pequeño, que "el Padre Pío tenía pasión por los niños, y más por los que tenían que estar en el hospital, como el que él mismo fundó, la Casa Sollievo della Sofferenza [Alivio del Sufrimiento]". Tuvo la idea de esta cadena leyendo El Santo, de José María Zavala, donde, entre muchas historias extraordinarias sobre el sacerdote estigmatizado, relata que en Argentina se hizo algo similar hace años.
Prácticamente solo vía whatsapp, empezaron a repartirse por toda España capillas que incluyen una pequeña reliquia del Padre Pío traída desde San Giovanni Rotondo.
En apenas ocho semanas, las capillas peregrinas han llegado ya a cincuenta localidades de España: 6 en Madrid, 5 en Sevilla, 4 en Barcelona, otras tantas en el Puerto de Santa María (Cádiz) -donde la devoción se está extendiendo como mecha prendida-, también en Valencia, Tarragona, Zamora, Córdoba, Orihuela (Alicante), Molina de Segura (Murcia) y Murcia capital, Granada, Gijón y Avilés en Asturias, La Coruña... y poblaciones más pequeñas como Mota del Cuervo (Cuenca), Torrijos y Miguel Esteban (Toledo), etc.
El movimiento de las capillas peregrinas del Padre Pío ha cruzado el Atlántico: Argentina, Colombia, México y Estados Unidos tienen ya su propio centro de coordinación.
Y a ambas orillas "está visitando muchos enfermos", dice Paloma, a quienes alienta la misma esperanza que al pequeño Javier y a sus padres.
Si quieres recibir en tu casa durante 9 días la capilla peregrina del Padre Pío, contacta por whatsapp con el número 630469581.