Mariano y Dori crearon una asociación tras la muerte de su hijo Pablo, de 10 años. Hoy recogen los frutos: más de 13.000 euros mensuales donados íntegramente a la lucha contra el cáncer infantil.

En el funeral de Pablete, el sacerdote recién ordenado no dejaba de repetirnos que volveríamos a verle. Esto caló tan hondo, que realmente el dolor es sólo el físico, el que sentimos por no poder achucharlo”. El que habla es Mariano Ugarte, padre de Pablo, quien falleció con tan sólo 10 años afectado por el Sarcoma de Ewing, tumor infantil muy agresivo.

La muerte de Pablo Ugarte, además de dolor, generó en sus padres un “gran sentimiento de impotencia porque casi todas las enfermedades tienen solución, pero esta no. Es humillante para el ser humano que no se pueda hacer nada ”.

Esta realidad llevó a Mariano y a Dori a fundar la Asociación Pablo Ugarte (www.asociacionpablougarte.es) , en memoria de su hijo y así luchar para que en un futuro ningún padre tenga que enterrar a su hijo por este mismo motivo.

Lo que empezó con la idea de ser “una asociación entre amigos”, hoy tiene más de 1.100 socios repartidos por todo el país y dona 13.000 euros mensualmente a tres equipos médicos dedicados a luchar contra el cáncer infantil.

Es tal su empeño por erradicar esta enfermedad -único objetivo de la asociación-, que constantemente están organizando actividades para recaudar fondos y destinarlos a este propósito.
 
La última iniciativa que están desarrollando es la campaña Sonrisas Dulces. Su funcionamiento es muy sencillo, por cada visionado del vídeo contenido en la página www.sonrisasdulces.com, la empresa Miguelañez donará 5 céntimos en la lucha contra el cáncer infantil.

La campaña ha tenido tanto éxito que los 150.000 clicks de tope que se pactaron en un principio han tenido que aumentarse hasta 1.000.000, porque en tan sólo 3 semanas el contador supera los 477.000 visionados, por lo que ya se han conseguido más de 23.500 euros. La campaña terminará el próximo 7 de enero.

El secreto de tantos frutos, tiene una respuesta: “Hay tanta esperanza de que vamos a volver a ver a Pablo, que eso genera una fuerza tremenda en nosotros. Es como si nuestro hijo estuviera presente. Al final el nombre de Pablo va a perdurar mucho más tiempo que el nuestro, y eso nos hace sentirnos muy orgullosos”, asegura Mariano.

La familia explicó con detalle su testimonio en el programa de Intereconomía "Un granito de arena", que se puede ver aquí en YouTube.