Ha muerto con 85 años la famosa soprano barcelonesa Montserrat Caballé, muy popular no solo por su arte sino por su gran simpatía y cercanía. Era católica, devota de la Virgen de Montserrat y provida declarada.
Su muerte sucedió en la madrugada de este sábado en el Hospital de San Pablo de Barcelona, donde se encontraba ingresada desde mediados de septiembre por un problema de vesícula. El funeral de la artista se celebrará el lunes 8 de octubre al mediodía en el tanatorio de Les Corts, mientras que el velatorio será este domingo a partir de las dos de la tarde en ese mismo recinto funerario.
De orígenes modestos a la fama mundial
Nació en 1933 en el barrio de Gracia de Barcelona, en una familia modesta. Su madre le dio una primera formación musical y a los 11 años ingresó en el Conservatorio Superior de Música del Liceo con una beca. Hizo su primer estreno operístico con el papel de Serpina de La serva padrona, de Giovanni Battista, en el Teatro Principal de Valencia en 1955. Enseguida se proyectó en el resto de teatros de ópera del mundo, sobre a todo a partir de su éxito en 1965 como la Lucrecia Borgia de Donizetti en el Carnegie Hall de Nueva York. Durante sus 50 años de carrera interpretó unos 90 papeles operísticos.
Una joven Montserrat Caballé interpreta a Norma
Compartió escenario con todos los grandes artistas, aunque ella decía tener una cercanía especial con Pavarotti, Plácido Domingo y Carreras. Todos recuerdan su actuación de 1988 junto al cantante Freddie Mercury del tema Barcelona, para promocionar los Juegos Olímpicos de 1992. Cantó delante de Juan Pablo II, en 1982, y delante de Benedicto XVI, en 2006.
Su última actuación se produjo en agosto de 2014, dentro del Festival de Música de Cambrils, donde actuó junto a su hija, Montserrat Martí. En diciembre de 2015, ya con muchos problemas de salud, admitió que desde 2010 figuraba como residente en Andorra -aunque residía en Barcelona- para pagar menos impuestos. Pagó una multa de 240.000 euros.
Firme contra el aborto
En 2009 fue una de las firmantes del Manifiesto "Mujeres contra el aborto" que promovían Isabel San Sebastián, Cristina López Schlichting e Isabel Durán. Otras firmantes eran la periodista Curri Valenzuela, la deportista Teresa Zabell o la ejecutiva de Hermes Beatriz González Cristóbal, entre muchas otras.
El texto afirmaba que el aborto es «ética y legalmente inaceptable», ya que «se aniquila a un ser humano indefenso» y supone «una violencia infligida a la dignidad de la mujer»
Atrio de los gentiles y experiencia mística
En 2012 cantó en la Sagrada Familia de Barcelona, ante el cardenal Martínez Sistach y el cardenal Ravasi, en un acto del ciclo del "atrio de los gentiles", para proponer a Dios por la vía de la belleza. De cantar en el templo de la Sagrada Familia decía: "¡Es como si cantase en el Templo de Jerusalén! La Sagrada Familia es para nosotros muy especial, como lo era para el pueblo de Israel el templo que acogía el Arca de la Alianza", señala.
Con ese motivo habló en una entrevista en Catalunya Cristiana sobre su convicción católica y la de su familia.
Caballé con los cardenales Sistach y Ravasi en la Sagrada Familia en 2012
"He tenido la suerte de tener una fe muy grande porque mis padres la tenían y así me la transmitieron", explica. Pero esta fe también está anclada en su propia experiencia personal, y revela un momento que recuerda "con gran emoción".
"En uno de mis viajes entré a rezar en una iglesia ortodoxa. Rezaba, pero al mismo tiempo sentía como si le tuviese que pedir disculpas a la Madre de Dios porque no era un templo católico. Por primera vez oí una voz que decía: "todas son mi casa". Me quedé petrificada, me puse blanca... me lo vieron las personas que me acompañaban. Fue una experiencia muy grande".
Esa experiencia especial fue muy distinta a otra que ha sentido muchas veces con la música. "Cuando cantas algunas obras es como si estuvieses sobre una nube. ¡La fe te da tanta fuerza!"
¿Qué obras le han hecho sentir una "plenitud mayor", le preguntaba la periodista. "Por ejemplo, cantando La Vierge o Marie-Magdeleine, de Jules Massenet, o algún otro oratorio simbólico. La emoción se incrementa más cuando cantas estas obras en una catedral o en la Sala Nervi del Vaticano. Entonces es casi como si experimentases el dolor profundo de la Madre de Dios". Por eso, el arte y la belleza, decía, "es un camino privilegiado para ir al lado de Dios".
"A Dios lo has de llevar dentro y lo has de sentir. Has de ser fiel, ponerte al servicio de la Belleza y sentir la Trascendencia a la que te lleva. Es como desligarte de ti mismo y andar por un camino que no ves pero que sientes. Es como volar hacia una dimensión que no es la tuya, que se te lleva. Es como si estuvieses en otro nivel. Y, de repente, cuando se baja el telón, es como si despertases".
Montserrat Caballé creó una fundación para niños necesitados. Explicaba que "mi marido y yo creímos que era una cosa buena ayudar a los niños y siempre nos hemos sentido útiles con este compromiso". Además, asegura, "no hemos venido a este mundo sólo a distraer a la gente sino también a hacer algo positivo por los demás".
Rezar con los hijos
¿Y qué decir de su hija, la cantante Montserrat Martí, con la que está de gira por diversas ciudades? "Es una chica con una fe indestructible, a la que Dios le ha regalado un marido y una niña de 8 meses fantásticos. Además, mi nieta tiene la suerte de que al levantarse y a la hora de ir a dormir su madre le reza para que se aprenda las oraciones. Esta es la garantía de que seguirá mis pasos. Realmente, cuando canta obras religiosas tiene un aire muy celestial. ´Mamá´, me dice, ´cuando estoy en el escenario querría ser capaz de ir en una nube, como haces tú´- Y yo le digo: ´tranquila, que ya lo conseguirás´."
Caballé y su marido Bernabé, el día de su boda en la abadía de Montserrat, en 1964, ante la patrona de Cataluña
Ridiculizar la fe no es un derecho
Montserrat Caballé siempre se reía y mostraba alegre, pero era firme contra las groserías blasfemas. "Nadie tiene derecho a ridiculizar a las personas que tenemos fe, ni a hacer, por ejemplo, una versión de Jesucristo que sea como una especie de caricatura. ¡Sólo lo hacen para crear polémica!"
Por el contrario, valora el diálogo, pero advierte que "si no hay un respeto mutuo, el diálogo se hace muy difícil y enseguida se convierte en un monólogo que no escucha al otro. Necesitamos un diálogo que acerque las mentes y los sentimientos y que nos ayude a comprender al otro. Los no creyentes han de entender que los creyentes llevamos la fe en nuestro interior y que no tienen ningún derecho a ridiculizarla, como hacen muchas veces".
En la clausura de los actos del Atrio de los Gentiles en Barcelona, cantó Mariam Matrem, del Llibre Vermell de Montserrat (del siglo XIV), y Cantar del Alma, de Federico Mompou. "En el Llibre Vermell de Montserrat encontramos unas obras que transforman al que canta, tan especiales y tan inspiradas que dudo que alguien que las escuche no pueda llegar a entender el mensaje del libro". También Cantar del Alma es, dice, "un monólogo hacia Dios muy especial".
Premio Bravo en 2013: "ante Dios no hay sitio para adulaciones"
La Conferencia Episcopal Española le concedió el Premio Bravo de Música 2013. Entrevistada ese año en Alfa y Omega explicaba que se nutría en su trabajo y vida "con el amor y la fuerza que me da la fe en Dios, y, por tanto, la fe hacia todo ser humano".
"La fe se lleva dentro. Así que, viviéndola así, no es difícil mantenerla ante cualquier situación o adversidad", añadía.
Sobre los riesgos de vivir en un entorno de alabanza y adulación, decía: "Saber que has cumplido con tu misión, saber que has servido con la verdad al genio Creador, que en este caso se presenta a través del genio creador del compositor, te llena el espíritu de tanta felicidad que, en realidad, no deja sitio para alabanzas ni para adulaciones".
Sobre la vida familiar explicaba: "La influencia y el ejemplo de mis padres en mi vida y en mi fe ha sido total. Por eso, yo también he intentado combinar los viajes profesionales con mi vida familiar, sin descuidarla".
Decía que el oratorio La Vierge, de Jules Massenet, "es la pieza que más me emociona y conmueve, la que más me ayuda a sentir a Dios". Pero que por lo general rezaba en silencio. "Mi relación personal con Cristo es muy íntima", añadía.
Y sobre la relación entre el cristianismo y la cultura: "Considero que el legado cultural más importante y relevante del cristianismo es, ante todo, la fe. El arte que nace de la fe es el mayor arte que existe, y también es el mejor para que la Iglesia siga conduciendo a sus rebaños al encuentro de Dios".