Este martes ha fallecido en Pamplona a los 78 años el sacerdote don José Antonio Sayés, uno de los teólogos más importantes en España durante las últimas décadas.
El profesor, escritor y conferenciante se encontraba desde hacía tres años en la residencia sacerdotal del Buen Pastor de la capital navarra, lugar en el que finalmente ha muerto tras un tiempo en el que su salud se fue deteriorando progresivamente.
El padre Sayés era doctor en Teología por la Universidad Gregoriana y profesor de Teología Fundamental en la Facultad de Teología del Norte de España. En su haber contaba con decenas de libros sobre Teología y Filosofía. Además, era un conferenciante habitual y pródigo articulista, siendo un importante divulgador de los aspectos centrales del cristianismo.
Su papel como teólogo en las últimas décadas ha sido de gran importancia. Don José Antonio fue completamente fiel a la tradición de la Iglesia en unos años en los que en una parte de la Iglesia había gran confusión teólogica.
Pero además de la Teología, el padre Sayés tuvo en la formación de los jóvenes otro de los grandes pilares de su vida. Cientos de jóvenes se enamoraron de Cristo y de la Iglesia descubriendo la belleza de la vida evangélica gracias a sus campamentos de verano.
Del mismo modo, fue uno de los sacerdotes que desde el principio de JRC (Apostolado de la Oración) ha formado a miles de jóvenes, junto con sacerdotes como el P. Mendizabal S.J, el P. Cándido Pozo S.J, el P. Manuel Iglesias S.J, el P. Rey S.J, el P. Rojas S.J, el P. Jordi Carreras, y otros muchos después.
En sus intervenciones siempre ofreció argumentos y análisis certeros sobre los peligros para la fe y los creyentes. En tiempos de confusión arrojó luz con argumentos contundentes. A continuación, el padre Sayés denunciaba con sencillez en el programa Lágrimas en la lluvia con con Juan Manuel de Prada “la fe enferma” que amenaza a la Iglesia.
En uno de sus muchos libros, El demonio, ¿realidad o mito?, el padre Sayés destapaba las argucias del demonio en nuestro tiempo. En una entrevista con Mar Velasco en Revista Ecclesia explicaba: “Hay una corriente secularizadora en la teología que nace en los años sesenta, que realmente piensa que todo esto se debe a un lenguaje mítico que hoy en día no podemos aceptar en un mundo secularizado. En un mundo que no necesita a Dios, hablar del demonio sería hablar de algo que el hombre moderno no puede aceptar. Y el sacerdote tiene complejo, miedo a hablar de ello, y también una tremenda ignorancia. Yo, por ejemplo, durante mis años de formación nunca recibí una clase de teología sobre el demonio. Ni en el seminario ni en la Universidad Gregoriana, la de los buenos tiempos que yo conocí. Y he escrito un libro sobre el demonio, porque yo mismo quería tener clara la cuestión”.
“Una persona que sea cristiana, que reza diariamente, que acude a los sacramentos, a la eucaristía y la penitencia, no tiene nada que temer. Creyendo en Cristo no es posible el miedo. Él vino a destruir las obras del diablo y tiene conciencia de que con su muerte, con la obediencia al Padre, que le ha llevado hasta la Cruz, vence al ‘Príncipe de este mundo’. Contamos con la gracia de Cristo que nace de su misterio pascual para vencer el pecado, para vencer al demonio, para vencer la muerte”, añadía.
Y concluía así: “al demonio se le puede vencer, pero hay que tener los ojos abiertos. Decía Baudelaire, que la mayor astucia del demonio es hacernos creer que no existe porque así trabaja mejor. No hace muchas posesiones diabólicas, porque en un mundo descreído como el nuestro, eso llevaría a la gente a creer en él. Si hay una posesión diabólica, por ejemplo, de un joven en la universidad y lo ve todo el mundo, nace un interrogante para todos los estudiantes. El demonio es más astuto: prefiere convencer a los sacerdotes de la que la oración no es tan importante, provocar la división dentro de la fe. Y lo está haciendo bastante bien”.
También en Intereconomía TV con Juan Manuel de Prada ahondaba en esta cuestión: