Anthony Radice creció en una familia pentecostal inglesa, pero en la vigilia de Pascua de 2011 fue bautizado y confirmado como católico en el Oratorio de Oxford. Poco después se bautizarían sus cuatro hijos, con permiso de buen grado por parte de su esposa, que no es católica.
El viaje de Radice hacia el catolicismo empezó cuando decidió volver al mundo de la enseñanza y le contrataron en una escuela católica. Decidió que tenía que conocer y entender la doctrina católica, y para ello se volcó en la lectura del Catecismo de la Iglesia y en dos webs jesuitas que le aportaron "una experiencia fresca de paz y presencia del amor de Dios": la irlandesa Sacredspace.ie y la versión inglesa de Rezandovoy.org (Pray-as-you-go.org). "Sólo había oído cosas malas de los jesuitas, pero aquí me guiaban hacia una maravillosa sensación de cercanía y humanidad de Jesús", escribe Radice.
Por esos días, coincidió que veía en televisión la serie "Retorno a Brideshead", basada en las novelas del escritor católico inglés Evelyn Waugh, y leía la novela "Nuestra Señora del Bosque", de David Guterson, "un escritor que no es cristiano por lo que yo sé, pero que evidentemente está fascinado por la experiencia espiritual católica, y la presenta con una luz favorable, que haría que hasta un ateo piense ´realmente, aquí pasa algo´".
Empezó a notar que había cosas que le emocionaban de una forma intensa y misteriosa, y entendió que esas ráfagas de emoción era "pistas vitales" para él, que pese a venir de una tradición carismática y pentecostal pocas veces había experimentado algo así. "Dios me llamaba así la atención y me hacía investigar cosas", afirma.
Por ejemplo, cuando en cierta ocasión en julio de 2010 oyó rezar el "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros...". O cuando recordó cómo le habían emocionado las palabras de absolución años antes, en una oración anglicana: "en vez de imponerme cargas pesadas, la iglesia me daba algo real, sensación de paz, de gracia".
Leyendo el Catecismo sintió que se adentraba "en las antiguas fuentes del cristianismo, y nuevos arroyos fluían hacia mí, llenos de vida, que antes habían estado bloqueados por los prejuicios e ignorancia que había heredado".
Estando de vacaciones familiares en la costa de Gales, dedicó un tiempo a visitar iglesitas rurales. Se levantó pronto, paseó solo en la niebla, en el campo, bebió de un manantial fresco y le preguntó a Dios: "¿Qué es todo eso sobre tu Madre, Jesús?" Y allí mismo rezó su primer "Ave María".
Después llegó a una pequeña iglesia dedicada a la Virgen, con vidrieras de María Reina y una escultura de la Anunciación, en la que la Virgen llevaba un rosario en las manos. "Me emocioné, sollocé y me agitó en lo más hondo, y no quiero recuperarme nunca de lo que experimenté ese día en esa humilde iglesia", escribe Radice.
Así incorporó el rosario a su vida de oración.
En enero de 2011, rezando los misterios gloriosos en la capilla del colegio, ante el tabernáculo, "tuve una visión asombrosa entre la punta de mis dedos: sentí el frío y la dureza de la tumba, y después sentí la carne de Nuestros Señor Resucitado, incluyendo sus heridas aún presentes en su cuerpo glorificado. Así experimenté de forma muy concreta cómo María nos lleva a Jesús y a su humanidad tangible. Reflexionando sobre esta experiencia, entendí que Dios me quiere ahí, en compañía de la Presencia Real, uniendo mi oración a las de María". Se formó en el Oratorio de Oxford y allí se bautizó y confirmó el 23 de abril de 2011.
Como sucede con cierta frecuencia en los conversos de cultura anglosajona y origen pentecostal cuando se hacen católicos, hoy prefiere una espiritualidad más tradicional que carismática.
"Yo solía orar en lenguas, pero desde que descubrí el rosario, simplemente no he tenido nunca la necesidad", explica a ReL. "Actualmente estoy más centrado en devociones tradicionales como el rosario y la liturgia de las horas. No tengo objecciones contra la Renovación Carismática, claro, que ha sido aprobada por diversos papas. Enseño a mis hijos a rezar el rosario y por supuesto creemos que Dios cura, pero también sabemos que es importante ofrecer nuestros sufrimientos, así que hacemos un ofrecimiento cada mañana como familia. Esto es especialmente importante desde que diagnosticaron a mi hijo la enfermedad de Perthes, que le impide correr por ahí y jugar a fútbol con sus amigos. La fe, para mí, tiene más que ver con santificar lo ordinario que con buscar lo extraordinario", asegura.
Explica además que "aunque mi esposa no es católica, ha accedido a que los niños se eduquen como católicos. Cada vez siente mejor disposición hacia las enseñanzas de la Iglesia. El bautizo de los niños fue un gran paso y ella se sintió muy alegre desde ese día. También le emocionó cuando hace poco hicimos que bendijesen nuestra casa. Me mantengo en oración, y sé que hay cosas que no cambian con esfuerzo, sino sólo con la gracia de Dios".
Anthony Radice mantiene actualmente el blog "A tiny son of Mary" (http://a-tiny-son-of-mary.blogspot.com ).