Ha sido el hombre más deseado de Italia. Hijo de una familia aristocrática y de las más poderosas de la industria textil en Italia abría las portadas de la prensa rosa por sus romances y noviazgos con personalidades como Naomi Campbell y por sus exitosos negocios. Se trata de Matteo Marzotto, que durante mucho tiempo dirigió la firma Valentino y ahora sigue embarcado en el mundo de la moda.
Pero ya no es el mismo que en su juventud. Lo tenía todo, le sobraba el dinero, las casas, los coches, los amigos y las mujeres… pero no era feliz y sólo en el catolicismo ha hallado esa felicidad que tanto anhelaba. El cambio se produjo tras realizar una serie de peregrinaciones marianas a Lourdes, Loreto y finalmente Medjugorje, viaje tras el cual su vida dio un giro de 180 grados. Matteo Marzoto, la redención del ‘Playboy’, titulaba un reportaje en Vanity Fair que se hacía eco de la conversión de este empresario.
“Sentía que me faltaba algo”
Él mismo explicaba en esa publicación que “hay años de los que casi ni me acuerdo, en los que tuve mucho trabajo y corría de un lado a otro. Sentía que me faltaba algo y ese algo era una vida espiritual. Empecé a acercarme a la religión y mi vida cambió. A veces es necesario parar para poder seguir hace delante”.
El de Marzotto no ha sido un retorno genérico a la “espiritualidad” para aliviar el estrés que tan de moda está y que alimenta las filas de la Nueva Era. La de este italiano ha sido una adhesión a un catolicismo ortodoxo que floreció tras un viaje a Medjugorje. Matteo acude ahora a misa regularmente, tiene un director espiritual, acude asiduamente a los sacramentos, lee diariamente la vida de los santos y acude a retiros espirituales con la comunidad Nuevos Horizontes fundada por Chiara Amirante.
La resurrección, el “mayor acto de amor”
Por eso, no es de extrañar que su cambio confunda ahora a muchos en Italia ya que en voz alta proclama que “la resurrección de Cristo es el mayor acto de amor y esperanza en la historia en el que es razonable y racional basar toda la vida”.
Este cambio de rumbo en su vida no ha sido siempre bien entendido en el mundo de la alta burguesía en el que siempre se ha movido desde que nació, pues sus padres nunca le educaron en la fe ni fueron el mejor ejemplo de familia unida, pues pronto su madre modelo se divorció de su padre, un conocido conde.
En una entrevista con Famiglia Cristiana, Matteo Marzotto explica que descubrió que “la fe es vida y que necesitamos radicalismo para vivirla: abandonarnos completamente a Dios seguros de que Él nos toma de la mano y nos acompaña”.
El inicio de las peregrinaciones marianas
Pero para llegar a este punto tuvo que experimentar una gran crisis. Fue en 2006 y asegura que coincidió con su 40 cumpleaños. “Sentí el peso de un vacío, pero no sabía qué era o qué buscar. Lo tenía todo: un trabajo prestigioso, éxito, fama… Empecé a hacerme muchas preguntas. Recé pero de manera banal”, relata.
Entonces ocurrió algo que acabaría transformando su vida. Él mismo asegura que antes de esta conversión “tenía una gran atracción por los lugares marianos” por lo que en plena crisis decidió visitar algunos. Así fue como peregrinó a Lourdes, a Loreto al santuario de la Virgen del Monte Berico en Vicenza, hasta llegar a Medjugorje, “un lugar que me intrigó y atrajo mucho”.
Allí conoció a Don Roberto, un sacerdote de Nuevos Horizontes, de quien inmediatamente se hizo amigo. “Regresé unos meses después. Fue una experiencia importante que me hizo pensar mucho. Fue él quien me presento a Chiara Amirante (fundadora de Nuevos Horizontes) de la que me hice amigo inmediatamente”.
Un cambio de vida
Sobre esta experiencia en Medjugore, Marzotto afirma que este es un lugar que en muchos casos es de “conversiones inmediatas, espontáneas, incluso violentas, pero no fue mi caso. Pero es innegable que ha habido un cambio de ritmo en mi vida allí. La guía que no había tenido en mi familia de origen, la encontré extendida en Nuevos Horizontes allí”.
En Medjugorje halló “una forma de serenidad, pero me pidió que cambiara y el cambio fue tan radical que fue agotador”. Este fue el principio de una transformación de vida.
Él no considera este cambio tan grande de vida una “conversión real” pues afirma que pese a todo “tuve una conciencia latente de la existencia de Dios a pesar de que vivía en una familia de cultura liberal donde la religión era un asunto privado y donde no me fue enseñado nada sobre el cristianismo”.
En esta nueva vida, Matteo Marzotto está volcado en los proyectos sociales. Nunca olvidará como su hermana Annalisa falleció debido a una fibrosis quística por lo que ahora preside una fundación que recauda fundos para la investigación, y gracias a esto ha conseguido ya 30 millones de euros.