Enfermo de Alzheimer desde hace años, Adolfo Suárez no sale de casa y aparte de familiares y amigos, sólo recibe las visitas del Rey y del cardenal Antonio Cañizares.
Así lo cuenta Gonzalo Suárez en un artículo que publica El Mundo este domingo, donde explica además que la última frase "con sentido" que pronunció el ex presidente del Gobierno (19761981), según recuerdan "sus próximos", fue su disposición a recibir el sacramento de la penitencia.
En la primavera de 2005, Adolfo Suárez Illana, ante la posibilidad del fallecimiento de su padre, llamó al entonces arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares (quien todavía no era cardenal), para que le confesase.
Fue un viernes por la mañana en el jardín de su casa. El hoy prefecto de la Congregación para el Culto Divino le dio una palmada en la rodilla y le preguntó: "Adolfo, ¿quieres que te administre el perdón?". Suárez respondió: "Yo siempre estoy dispuesto a dar y pedir perdón".
Se quedaron diez minutos a solas, tras los cuales Don Antonio transmitió a su hijo sus impresiones: "Adolfo, te puedes quedar muy tranquilo".