Uno de los eventos que ha acaparado la atención mediática de todo el mundo en las últimas semanas ha sido la reinauguración de Notre Dame, clausurada durante 5 años tras el devastador incendio sucedido en 2019.

Uno de los máximos responsables del resultado definitivo de la nueva Notre Dame es Philippe Villeneuve, arquitecto jefe del templo, que con motivo de la reinauguración  ha desvelado no pocos detalles sobre el proceso arquitectónico, pero también de su propia experiencia y vivencia de fe.

Una de esas entrevistas fue concedida al programa "News In Depth" de EWTN, donde Villeneuve se declaró como creyente y con una "devoción particular a María".

El responsable, que hasta ahora habría mantenido en privado su vivencia de fe, contó que "a riesgo de parecer totalmente loco, nunca dejé de sentir el apoyo que venía de ahí arriba".

Sin la Virgen "no habría sido posible"

Dice que sin esa guía de la Virgen, la restauración no habría sido posible, en referencia a la compleja labor llevada a cabo por más de 2000 personas y un presupuesto de 800 millones de euros.

"No creo que este proyecto hubiera sido posible de otra manera, y creo que eso es lo que me dio la fuerza y ​​la determinación para seguir adelante porque sabía que tenía apoyo desde allá arriba", expresó.

Uno de los aspectos que más complejos han resultado al arquitecto jefe del proyecto ha sido sobrellevar el peso del mundo económico, político y de cientos de miles de donantes en aspectos como la fidelidad de los materiales empleados en la reconstrucción a los de la catedral original.

"Fue una enorme cantidad de trabajo. Ahora me doy cuenta al ver de dónde venimos. Estoy realmente sorprendido por la belleza, sorprendido por el trabajo, por la calidad del trabajo", subraya.

Enamorado de Notre Dame desde la infancia

Notre Dame de París se trata de una de las pasiones en la vida de Villeneuve, que se remontan a su misma infancia. Desde pequeño admite estar "locamente enamorado" de la misma y recuerda la paz que  le producía entrar en la catedral cada vez que entraba cuando era niño, hasta el punto de edificar una maqueta de papel y cartón a los 16 años.

"Me cautivó y me conmovió. Y no sabía, cuando era niño y estaba construyendo la catedral con cartón y papel, que un día estaría trabajando en la catedral real", celebra. Sin embargo, concluye recordando el momento en que colocó la última piedra de la bóveda del crucero norte. "Me vi de niño construyendo esta bóveda con papel y cartón", concluye.

Tomado del portal mariano Cari Filii.