¿Puede una persona católica, creativa y artística, pasar 35 años de vida profesional sin pensar en ofrecer sus dones al servicio de Dios? Sí: hay muchas cosas que distraen, cosas que no son necesariamente malas, pero despistan. A menudo es necesario ponerse a tiro de Dios, del Espíritu Santo, para reordenar las cosas importantes de la vida.
Algo así le ha pasado a David Filio, transformado por una experiencia en un retiro.
David Filio es un músico conocido por su participación en el dueto Mexicanto -un precursor de la trova mexicana- y también por sus discos en solitario, aunque su voz quizá suene más a los niños por sus doblajes al español del muñeco de nieve de Frozen. Con 14 discos y más de 35 años como músico profesional, aunque siempre ha sido católico, se centró en la música sólo como salida profesional y disfrute personal, no herramienta para la fe.
Lo curioso es que David Filio - explica en el semanario Desde la Fe, de la diócesis de Ciudad de México- empezó su amor a la música cuando un sacerdote, a los 9 años, enseñó a su familia (la madre de David era concertista de piano) los instrumentos del coro parroquial. Allí él se enmoró de la guitarra.
Y los 22 años de edad, conoció a Sergio Félix, con quien formó el dueto Mexicanto que les consolidó en el panoramos musical mexicano e hispanoamericano.
Un retiro especial para recordar a hijos fallecidos
Pero en abril de 2019, en un retiro espiritual, David Filio conectó por primera vez sus dones musicales con la conciencia firme de ponerlos al servicio de Dios.
“Una amiga me invitó a un retiro en Valle de Bravo para personas que habían perdido hijos; mi esposa y yo no hemos perdido hijos, pero me pidieron que de todos modos fuéramos, y que llevara mi guitarra para cantar algo”, explica.
En una hermosa capilla, con Santísimo Sacramento, entre charla y charla, pedían a David que tocara y cantara algo adecuado.
“Yo no sabía canciones que tuvieran que ver con eso. Pero se me ocurrió improvisar según el tema. Y me quedé sorprendido al ver que podía improvisar canciones completas; canciones que, desde luego, jamás volveré a cantar, pues nadie las grabó ni nadie se las aprendió. Pero recuerdo que me decían cosas como: ‘¡Qué bonita está esa canción de las Bienaventuranzas!’… Eran canciones que me estaban siendo dictadas por el Espíritu Santo”, expresa.
Reflexionando: "cambiar a las personas y agradecer a Dios"
De regreso, al venir por la carretera, David Filio le dijo a su esposa: “Ya no quiero dedicarme a cantar lo que he cantado toda mi vida, tengo que hacer algo digno, algo que pueda cambiar realmente a las personas. Ya no deseo halagos, aplausos para mí. Quiero en adelante cantar para agradecer a Dios, poner mis talentos al servicio de su gloria, de su reino, de la misión.
El hermano de David, Mario, que es productor, le recomendó hablar con Pedro González y Cristal Domínguez, responsables del ministerio de música cristiana Cielo Abierto. Pedro y Cristal lo invitaron a comer para explicarle que su ministerio era muy discreto y cuidadoso y no podía usarse como una excusa para ganar más popularidad o conseguir nuevas audiencias.
“Pues eso es justo lo que quiero -les dijo él-. ¡Ya no quiero más protagonismos! ¡Eso ya no me interesa! Ahora sólo quiero servir a Dios en todo lo que pueda”.
Una canción nueva de David Filo dedicada a la Virgen María; él dice que ahora hace "trova católica"
Desde entonces, David Filio ha colaborado con Cielo Abierto. “El Espíritu Santo es muy generoso conmigo -señala-, me inspira constantemente. Y la verdad es que, si siempre había sido un hombre feliz, ahora lo soy como a la quinta potencia”.
David lo explica en este vídeo a partir del minuto número 10: "Por un encuentro muy fuerte con el Espíritu Santo, recuperé una serie de compromisos que había olvidado"