El Papa Benedicto XVI realizó el fin de semana que pasó su segunda visita a un país del continente negro, concretamente a Benín, antigua Dahomey. Allí se "encontró" con un cardenal de dicha nación a quien ha definido como "un gran amigo" y "un gran representante del África católica, del África humana y civilizada", se trata de Bernardin Gantin.

Durante el vuelo que lo condujo a Benín, Benedicto XVI dijo a los periodistas que había conocido a Gantin en Munich en 1977: "este joven obispo africano, lleno de fe, de alegría y de valentía".

Asimismo el Papa añadió que a partir de ese año en adelante habían "colaborado muchísimo, sobre todo cuando él era prefecto de la congregación para los obispos, y después en el colegio cardenalicio".

El entonces cardenal Ratzinger fue, efectivamente, nombrado prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe en noviembre de 1981, mientras Gantin fue prefecto de la Congregación para los obispos desde 1984 al 1998. Gantin después, en 1993, fue nombrado decano del Colegio Cardenalicio y Ratzinger lo flanqueó como vice-decano en 1998. En 2002 Gantin, al volver a su patria, pidió y obtuvo la dispensa del decanato y le sustituyó Ratzinger.

De Gantin, explicó el pontífice, "he admirado siempre su inteligencia práctica y profunda; su sentido de discernimiento, de no caer en ciertas frases hechas, sino de comprender lo que era esencial y lo que no tenía sentido. Y también su verdadero sentido del humor, que era muy hermoso. Y, sobre todo, era un hombre de profunda fe y de oración".

"Todo esto hizo del cardenal Gantin no sólo un amigo, sino también un ejemplo que seguir, un gran obispo africano, católico. Realmente me alegra poder rezar ahora ante su tumba y sentir su cercanía y su gran fe, que hace de él, siempre para mí, un ejemplo y un amigo", señaló Benedicto XVI.


En su discurso pronunciado el 18 de noviembre a su llegada al aeropuerto de Cotonou dedicado al cardenal beninés, Benedicto XVI ha confirmado: "Siempre he tenido en alta estima a un hijo de este país, el cardenal Bernardin Gantin. Los dos hemos trabajado durante muchos años, cada uno según sus propias competencias, al servicio de la misma viña. Hemos ayudado lo mejor posible a mi predecesor, el beato Juan Pablo II, a ejercer su ministerio petrino. Tuvimos ocasión de encontrarnos muchas veces, de conversar en profundidad y de orar juntos.".

Y ha continuado: "El cardenal Gantin se había ganado el respeto y el afecto de muchos. Por eso me ha parecido justo venir a su país natal, para rezar ante su tumba y para agradecer a Benín el haber dado a la Iglesia a este hijo eminente".

En el encuentro con los sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y laicos, el Papa por último sepreguntó: "¿Qué más noble que tener como modelo el cardenal Bernardin Gantin, hijo eminente de vuestra tierra y humilde servidor de la Iglesia?".