Así responde a la decisión de la Corte Suprema de Hong Kong de introducir en la gestión de las escuelas un comité organizativo al que pertenecen además de los padres y estudiantes, también funcionarios no relacionados con el sector educativo, nombrados por el gobierno.
Con esta huelga de hambre el cardenal denuncia “el peligro de destruir la educación católica en el territorio”.
La protesta durará al menos tres días, durante los que el cardenal, de 79 años, tomará sólo agua y la comunión.