En 1975 Sylvester Stallone estaba desesperadointentando entrar en el mundo del cine, pero no tenía suerte... hasta que una pelea de box le cambió el rumbo a su vida.

El 24 de marzo de ese año tuvo lugar un combate de boxeo entre Muhammad Ali  y un campeón poco conocido, Chuck Wepner. La victoria fue indiscutiblemente para Ali. Wepner permanecía tirado en el cuadrilatero con la cara cubierta de sangre, pero él sin embargo no debajaba de desafiar al campeón. De hecho, en uno de los asaltos Ali se cayó al suelo. Pero se puso de pie inmediatamente y comenzó a golpear brutalmente a Wepner, pero éste mostró una gran tenacidadvy un gran coraje para resistir a los duros golpes. Esto le sirvió para ganarse el corazón del público.

El árbitro detuvo el partido en el "último round". El público,
profundamente impresionado y conquistado por el coraje indomable de Wepner, arremetió contra el árbitro, quien tuvo el honor de proteger a Wepner hasta el encuentro con Ali. Entre el público estaba Sylvester Stallone. Esa noche nacía Rocky Balboa, el personaje más conocido de Stallone y que, además, le dio tres Oscar y una larga carrera en el cine.

Una historia curiosa la de Wepner, que se repitió hace unos días en el estadio de Wroclaw, Polonia. Tomasz Adamek, un boxeador polaco, retó a uno de las grandes del boxeo, Vitali Klitschko, campeón del mundo en varias ocasiones.

Adamek revivió la batalla épica entre Ali y Wepner. El mismo Klitschko dijo que cuanto más tiempo pasaba, se sorprendía cada vez más de ver a Adamek de pie y listo para seguir luchando.

Al igual que en 1975, el árbitro tuvo que parar el encuentro. Pero Adamek no ha demostrado solamente su valor y coraje en el ring.

Al final del partido Adamek dijo a su público sobre su rival: "simplemente ha sido el mejor boxeador y ha ganado. Así es el deporte. A veces se gana y otras se pierde. Esta vez he perdido".  El estadio estaba lleno de gente: había unos 42.000 espectadores, y se disculpó por haber defraudado las expectativas de sus seguidores.

Pero Adamek tiene un secreto: la oración. "Mi sistema nervioso, el más fuerte de mi cuerpo, es un don de Dios", dijo: "¿No sabéis que la oración puede mover montañas?. Rezar antes de cada encuentro me tranquiliza. Además muchas personas están orando por mí, y las oraciones de otras personas me dan mucha energía y tienen una fierza increible. Soy una persona muy creyente. Cuando peleo, mi esposa Dorothy, también reza por mí. Y luchamos juntos".

Adamek seguramente ha orado por la gente de Radio María ya que es un oyente apasionado de la Radio Polaca Católica, por la que fue entrevistado en varias ocasiones. "La oración", continúa el pugilista "no lo resuelve todo. Incluso con la oración, estamos expuestos a la tentación. Pero el Señor me dio a entender que yo puedo elegir entre el bien y el mal".