El caso de María Domenica Mantovani (o María Dominga), fundadora de las Hermanitas de la Sagrada Familia, es peculiar. Nunca estuvo en Argentina, y murió en 1934. Sus religiosas no llegaron al país hasta 1949. Sin embargo, tanto el milagro que ha servido para su beatificación como el que acaba de aprobar el Papa Francisco para su canonización han sucedido en un hospital de su congregación en la diócesis argentina de Bahía Blanca.
Más aún: la mamá de la niña milagrada en 1999 (el milagro usado para beatificar en 2003 a la religiosa) es quien animó a rezar a la mamá de la niña milagrada en 2011 (que es el milagro que servirá para canonizarla).
En 2016 la diócesis argentina enviaba los datos del segundo milagro a Roma, incluyendo los datos del médico especialista en neurología infantil que revisó el caso. Las religiosas atienden tres instalaciones en la diócesis: el Pequeño Cottolengo Monseñor José Nascimbeni, el Hospital Interzonal doctor José Penna y el Hospital Italiano. En estos dos últimos es donde la medicina actual ha constatado los dos milagros, el de 1999 y el de 2011.
El obispo Garlatti de Bahía Blanca y otros impulsores de la causa de canonización de María Doménica Mantovani, en 2016, al enviar los datos del segundo milagro a Roma
El primer milagro: el bebé que cayó de cabeza
Es la pesadilla de cualquier madre novata: quedarse dormida con el bebé en brazos y que éste caiga de cabeza. Así sucedió, de forma horrenda, con la bebé Lara Pascal, hija de Rosana Margarita, al día después de haber nacido el 6 de marzo de 1999. En el hospital, la agotada madre -era su segundo hijo e insistía en tener el bebé siempre cerca por sus experiencias con el anterior- quedó dormida con el bebé en brazos. Entonces la niña cayó al suelo más de un metro desde la elevada cama del hospital, golpeándose la cabeza fuertemente.
El diagnóstico fue grave: fractura de cráneo y hemorragia cerebral severa. "No hay nada más que se pueda hacer, la lesión es muy grave", dictaminaron los médicos.
Entonces la Hermana Lisantonia Perin tocó la cabeza de la niña con una medalla que llevaba una reliquia de María Domenica Mantovani (un pedacito de su hábito) y pidió la intercesión de su fundadora, animando a los padres a orar con ella. De repente, la niña se estremeció y volvió a moverse. Tres días después salía del hospital en buenas condiciones y empezaba vivir una vida normal. A los médicos les asombró la rapidez y la falta de secuelas. Con cuatro años acudió a Roma a la beatificación de su benefactora celestial.
El segundo milagro: la mamá milagrada animó a rezar a otra mamá
La niña milagrada en el segundo caso es Maria Candela Calabrese Salgado, nacida el 31 de mayo de 2000 en La Plata (Buenos Aires, Argentina), la mayor de tres hermanos, con una grave malformación de columna de nacimiento. La cirugía le ayudó pero no logró hacerle caminar. Hasta 2011 crecía sin más problemas, yendo al colegio en silla de ruedas, con sus amigos.
El 28 de mayo de 2011, su mamá, Laura Salgado, la despertó para ir al colegio y descubrió que sus piernas se habían ennegrecido: la sangre no le circulaba. Los médicos empezarona pensar en amputar. Además, la niña sufría crisis respiratorias y convulsivas, al parecer por hemorragia cerebral e isquemia.
Desesperados, la llevaron al Hospital Penna, de las Hermanitas de la Sagrada Familia. Rosana Margarita, la madre de Lara Pascal (la bebé sanada que ahora ya tenía 12 años) es quien dio a Laura una reliquia de la Madre María Domenica que habían traído de la beatificación en Roma en 2003.
Colocaron la reliquia bajo la almohada de Maria Candela, el 10 de junio.
A partir de ahí, la niña se recuperó del coma y gradualmente retomó todas las funciones que antes realizaba. Se reía, comía, bromeaba y no recordaba nada de lo sucedido. Tres días después de poner la reliquia, el 13 de junio, era dada de alta, completa y asombrosamente curada en todo lo que respecta a su ataque neurológico. Sigue hoy en su silla de ruedas, pero por lo demás está sana y vive con normalidad.
En Roma, el 6 de febrero de 2020, la consulta médica, compuesta por siete médicos, se pronunció con siete votos favorables sobre la naturaleza extraordinaria de los hechos, a la luz de las pruebas clínicas y los informes presentados: "La curación muy rápida, completa y duradera no tiene explicación científica", decretaron los médicos.
Este es el segundo milagro, y al suceder después de la beatificación, permite canonizar a la religiosa como santa de la Iglesia universal.
Una madre para 150 comunidades religiosas
María Domenica Mantovani, primogénita de cuatro hermanos, nació en Castelletto di Brenzone (Verona, Italia) en 1862. De familia pobre en la infancia, aprendió el catecismo y letras básicas pero no pudo proseguir sus estudios. Hasta los 30 años vivió con su familia.
Casa natal de María Doménica Mantovani
Ya de adolescente hablaba de Dios y de lecturas pías a sus amigas. El beato Giuseppe Nascimbeni, párroco, fue su maestro espiritual desde los 15 años. Al crecer visitaba a pobres y enfermos y enseñaba el catecismo a los niños.
A los 24 años hizo voto de virginidad perpetua. Luego, con su director espiritual, crearon en 1892, con 30 años, la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia para servir a los pobres.
Antes de morir logró la aprobación definitiva de las Constituciones y la aprobación del Instituto, y ver la obra continuada por unas 1.200 hermanas dedicadas a toda suerte de actividades apostólicas y caritativas en las 150 casas de la congregación, en Italia y en otros países. Llegaron a Argentina el último día de 1949 y actualmente tienen 12 comunidades en este país.
Alegría en la casa italiana de las Hermanitas de la Sagrada Familia