Este domingo el arzobispo de Asturias ordenó tres nuevos sacerdotes para la diócesis: Enrique Álvarez Moro, de 29 años, Marcos Cuervo Martínez, de 26, ambos asturianos, y Roberto Mata Santamaría, de 42 años, bilbaino.

Durante la homilía, Jesús Sanz Montes hizo una recomendación a sus tres nuevos presbíteros: "Los niños, los jóvenes, las familias, los pobres de cualquier pobreza, que encuentren todos en vosotros al hermano, al padre, al sacerdote de Cristo de cuerpo entero: , dando vuestra entrega y vuestro tiempo, y por dentro teniendo un corazón solícito, verdadero y tierno".

Ha querido la casualidad que este consejo de monseñor Sanz Montes coincida con la tragedia del asesinato de un sacerdote en Cartagena, Ricardo Muñoz Juárez, caracterizado precisamente por vestir constantemente de sotana, razón por la cual era sumamente popular.

Capellán de la Armada, de 83 años, don Ricardo, ya jubilado, vivía junto con su hermana, también octogenaria e impedida, en un piso que fue asaltado por dos jóvenes, y donde fue hallado el cadáver cuando el sacristán de la iglesia de la Caridad, donde decía misa de diez, alertó a la Policía el pasado viernes ante su ausencia.

Aunque las investigaciones continúan su curso, todo apunta a que el móvil fue el robo, y de hecho, tras la autopsia, este lunes se ha confirmado que murió de un fuerte golpe en la cabeza propinado con un objeto. Se baraja la hipótesis de que los agresores le conocieran, dado que no se hallaron muestras de violencia en la puerta del domicilio.

El sacerdote asesinado decía una vez al mes misa tradicional, y el funeral por su alma se celebrará el martes.

Los testimonios recabados por ReL apuntan a que don Ricardo respondía al modelo que monseñor Sanz Montes propuso a los nuevos sacerdotes de la archidiócesis de Oviedo. Aparte de que era bien conocido por su labor en apoyo de los más pobres de su barrio, el hecho de llevar siempre su hábito sacerdotal, incluso en los días más tórridos del verano, atraía a personas que espontáneamente le planteaban inquietudes espirituales o el simple deseo de una confesión.

La visibilidad del sacerdote que propugna el arzobispo de Oviedo "vistiendo de curas" es también un deseo de Benedicto XVI, quien al convocar en 2009 el Año Santo Sacerdotal con ocasión del 150º aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, San Juan María Vianney, dijo que los sacerdotes "deben estar presentes, ser identificados y reconocidos por el juicio de la fe, por las virtudes personales, , en los ambientes de la cultura y de la caridad, que están siempre en el centro de la misión de la Iglesia".

Y lo dijo ante la Congregación del Clero, encargada de cumplir dicho precepto canónico.