La “cultura woke”, conocida también como “cultura de la cancelación” y ligada totalmente a la corrección política imperante en el Occidente actual sigue pasando como un rodillo por encima de todo aquel que decide salirse aunque sea mínimamente del discurso establecido. Pero también es cierto que son cada vez más los que se rebelan y se niegan a ser pisoteados. Prefieren perderlo todo a traicionar su conciencia.
Un caso muy reciente que ha tenido eco internacional es el del músico Winston Marshall, miembro de la exitosa banda de folk y rock Mumford and Sons, que a lo largo de su trayectoria ha vendido decenas de millones de discos.
Hacerse una fotografía con Jordan Peterson, filósofo y profesor azote de la izquierda más progre, o recomendar un libro que desenmascara el movimiento extremista “Antifa” que en Estados Unidos está protagonizando actos de gran violencia es suficiente para ser atacado y llevado al ostracismo.
Pero Marshall que en un primer momento decidió pedir perdón supo rápidamente que estaba traicionando su conciencia. Tras acudir a su iglesia y rezar ante el Santísimo tomó una decisión: dejaría la banda para no perjudicar a sus compañeros, pero no se mantendría en silencio ni traicionaría sus creencias para ser aprobado por la cultura dominante.
El movimiento Antifa, de corte violento y coercitivo, se despliega sin problemas por todo EEUU
Su caso no es como el de otros músicos que deciden ir en solitario tras discutir con sus compañeros o querer triunfar por su cuenta. Él está renunciando en buena medida a la fama, al dinero y a su profesión para ser libre, verdaderamente libre.
Todo comenzó el pasado mes de marzo cuando Marshall siguiendo un hábito que estableció en la pandemia tuiteó sobre el libro que se había leído en ese momento. Se trataba de Unmasked: Inside Antifa's Radical Plan to Destroy Democracy (Desenmascarado: Dentro del Plan Radical Antifa para Destruir la Democracia), de Andy Ngo, uno de los pocos periodistas que ha informado sobre la violencia ejercida estos meses por dicho grupo de extrema izquierda. “Felicitaciones. Finalmente tuve tiempo de leer tu importante libro. Eres un hombre valiente”, tuiteó el músico.
Rápidamente, Winston Marshall, y como consecuencia también la banda, sufrió un aluvión de insultos, críticas y amenazas siendo acusado de fascista y de ultraderechista.
Para proteger a sus amigos y sus familias de esta avalancha decidió disculparse por su mensaje. Sin embargo, según pasaban los días y las semanas vio claramente que en realidad el único error que había cometido era haber dado marcha atrás en la verdad. De este modo, volvió a reafirmarse en sus principios y tomó la decisión de dejar la banda para proteger a sus amigos.
En un comunicado, Marshall informaba: “Mi amor, lealtad y responsabilidad hacia ellos (Mumford and sons) no pueden permitir eso. Podría quedarme y seguir autocensurándome, pero eso erosionará mi sentido de integridad. Muerde mi conciencia. Ya lo estoy sintiendo".
En una entrevista con Bari Weiss que recogía el National Catholic Register, el músico confesaba que sentía que “estaba participando en la mentira de que o el extremismo no existía o que era una fuerza para el bien. Eso empezó a perturbar mucho a mi conciencia y durante muchos meses me sentí realmente incómodo con mi integridad”.
Preguntado por las influencias que le han llevado a dejar todo lo conseguido tras 15 años de duro trabajo, Marsahll citó al disidente soviético Alexander Solzhenitsyn, que pasó en un gulag 11 años, y que escribió el gran libro Archipiélago Gulag.
La importancia de su fe católica
La fe ha sido también un elemento central a la hora de defender la verdad y afrontar las consecuencias. La entrevistadora le indicó que muchos de los que en los últimos tiempos están dispuestos a dar la cara para romper este discurso dominante son personas religiosas.
Sonriendo, el cantante dijo que a menudo repite una frase del rapero Kanye West, que también va contra el sistema: “teme a dios, y no temerás nada más”.
“Mi fe ha jugado un papel importante en este periodo de mi vida, y de hecho, la semana anterior a tomar la decisión final, estuve prácticamente plantado todo el día en mi iglesia católica que hay a la vuelta de la esquiva de mi casa”, explica.
Allí rezó ante el Santísimo y pasó horas y horas pidiendo a Dios que le iluminara para tomar una decisión que podría cambiar su vida. Por ello, Winston reconoce que “fue un gran momento para mí. Probablemente por eso, después de un tiempo, la disculpa que había hecho me estaba molestando, particularmente porque sentía que había estado participando en esa mentira de la que ya hemos hablado”.
Marshall fue alguien que no solo escuchó su conciencia, sino que discernió cuidadosamente los susurros y movimientos del Espíritu Santo dentro de sus propios pensamientos, nada menos que ante el Santísimo Sacramento.
Al discernir que necesitaba elegir la verdad por encima de todo lo demás, Marshall describió los sentimientos de paz y caridad que siguieron a este momento, señales seguras de que había encontrado el consuelo.
“Un buen amigo preguntó: '¿Cómo te sentirás cuando veas a los chicos en el escenario?' y mi respuesta más sincera es que estaré encantado. Estaré muy orgulloso y feliz por ellos”, dijo. “Creo que sabría que estar en el escenario con ellos... Es difícil hablar de eso porque mi conciencia estaba ardiendo mucho antes y la declaración realmente me aclaró, por lo que es un poco difícil de articular, pero estoy muy en paz con eso… Voy con amor. Todavía es triste, claro, pero estoy orgulloso de lo que hemos hecho. Volviendo a Kanye: le temo al Señor, así que no le temo al futuro".
Y por ello para acabar Winston Marshall sabe que ha dejado su grupo y todo lo que conlleva pero ha ganado mucho más: “Siento que he recuperado un poco mi alma. Lo siento, no un poquito, sino completamente”.