Acompañado en procesión por tres mil personas, entre los cuales destacar muchísimos jóvenes, el cuerpo de Antonio Spandri fue llevado al cementerio Neuer Suedfriedhof, en Munich, el pasado 4 de marzo, tras una ceremonia en la que todos han tenido la oportunidad de despedirse personalmente de él, lanzando un puñado de tierra sobre su ataúd.
Toni murió repentina e inesperadamente en Munich el pasado 28 de febrero mientras que leía y preparaba junto a su mujer Bruna, textos sobre la iniciación cristiana.
Por la mañana se celebró el funeral de este apóstol de la nueva evangelización en la repleta catedral de Nuestra Señora de Munich, y el cardenal Paul Josef Cordes, Presidente emérito del Consejo Pontificio “Cor Unum”, transmitió el dolor del Santo Padre por la noticia de su muerte. Benedicto XVI conoció a Toni mientras este fue su alumno en Alemania hacía más de cuarenta años y desde entonces habían mantenido contacto.
“Os invito a todos a celebrar esta fiesta -dijo Bruna tras agradecer al cardenal Reinhard Marx que hubiese enviado a su vicario general, monseñor Peter Beer para que presidiese la misa funeraria. Teníamos el deseo de que todos los presbítero estuviesen revestidos de blanco, y no de morado, como signo del bautismo pero sobre todo como signo de la resurrección de Jesucristo”.
Kiko: ¡Espero estar pronto contigo!”
“Querido Toni, te agradezco todo el amor que has tenido por mí -dijo Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal-. Te agradezco sobre todo porque con tu muerte me has concedido el don de hacerme pensar en mi muerte y esto me ha hecho mucho bien. ¡Espero estar pronto contigo!”.
El alumno Spandri y el profesor Ratzinger
Nacido en Venecia en 1943, Spandri estudió derecho en esa ciudad, y durante sus estudios universitarios, a finales de los ´60, vivió en primera persona el trabajo de la FUCI, asociación universitaria de los católicos: Spandri se distinguió por una búsqueda de la fe y de interiorización que lo llevó, junto a su mujer Bruna, a estudiar teología en Tübingen. También aquí se encontró en una universidad dividida por las protestas, se acercó al profesor Ratzinger y lo siguió cuando este se trasladó a Regensburg.
A través de un compañero de estudios, Stefano Gennarini, conoció el Camino Neocatecumenal y contribuyó a su inserción en la diócesis de Venecia, gracias al apoyo del entonces cardenal Albino Luciani. Cuando en la parroquia de Santa María Formosa de Venecia, nace la primera comunidad Neocatecumenal, Toni fue elegido su responsable. Más tarde, junto a Bruna y a Stefano Gennarini transmitieron al profesor Ratzinger su experiencia del camino.
“Yo era profesor en Tübingen -escribió en 1999 el futuro Benedicto XVI, recordando sus encuentros- y vinieron a mí algunos neocatecumenales, entre los que estaba Toni Spandri que había sido alumno mio durante muchos años y que ahora trabaja en Munich. Estos jóvenes estaban tocados por el descubrimiento de que la Iglesia necesita un nuevo catecumenado post-batesimal, que debe realizar de nuevo la apropiación personal y comunitaria del Bautismo en un camino común. Yo, reflexionando sobre el Bautismo, me había dado cuenta de que el Bautismo es casi el sacramento olvidado e n la Iglesia, mientras que es el fundamento de nuestro ser cristianos. Habiendo estudiado los Padres, en particular, había tomado de ellos como el sacramento se realiza en un camino de iniciación y por esto me alegré de que se diese comienzo de nuevo a esta experiencia. Lo que el Camino Neocatecumenal había comprendido, de hecho, aunque si somos bautizados de pequeños, debemos entrar en la realidad de nuestro Bautismo, debemos durante toda nuestra vida, en etapas distintas, naturalmente, entrar en esta iniciación a la comunión con Cristo en la Iglesia. Me alegré, por tanto, de que se abriese de esta manera un camino de renovación de esta experiencia fundamental de la Iglesia y esto sobre todo, en un tiempo en el que la familia y la escuela no son, como en el pasado, lugares de iniciación a la fe y a la comunión con Cristo en la Iglesia”.
Fue el mismo profesor Ratzinger el que introdujo el Camino en Munich escribiendo a dos párrocos amigos suyos.
“Pienso que todos nosotros estamos muy agradecidos al hecho, de que haya sido Toni el que dio una luz al Papa -dijo el cardenal Cordes durante el funeral-. Estamos también agradecidos por todo lo que el Camino ha dado a la Iglesia”.
En 1974 Toni y Bruna, que entonces tenían dos hijos, dejaron todo -también la empresa heredada- para convertirse en catequistas itinerantes responsables del Camino Neocatecumenal en Alemania y más tarde en Holanda.
Esta decisión radical -contaba Toni con gran gratitud a Kiko, Carmen y al Camino -lo había salvado de la tristeza de una vida llana y le había dado una verdadera libertad. A sus hijos recordaba que desde que Cristo lo llamó a seguirlo “el vino y la alegría no faltaron nunca en su mesa”.
El Camino en la Alemania comunista
Toni y Bruna abrieron el Camino también en la entonces Alemania comunista atravesando muchas veces el check-point Charlie, la frontera entre los dos Berlines: diversas veces fueron arrestados por el Vopos (la policía comunista) y pasaron noches en celdas, interrogados por los guardias comunistas.
Dona Mario Pezzi subrayó en la homilía la intensidad con la que Spandri contribuyó a la nueva evangelización: “Se puso al servicio de un camino que ayuda y acompaña a los cristianos a redescubrir su bautismo, para poder afrontar los retos de un mundo secularizado. Toni y Bruna quisieron servir a la renovación de la Iglesia en el espíritu del Concilio Vaticano II... Por esto dejaron sus familias pudientes para vivir con sobriedad y sencillez para la evangelización, abriéndose al don de los hijos”.
Toni y Bruna han tenido, de hecho, diez hijos: María, la sexta, estaba en el hospital para dar a luz a su segundo hijo, cuando se murió su pad re, y Stefano, el séptimo, se había casado hacía pocas semanas y había vuelto hacía poco del viaje de novios. Toni y Bruna tenían hasta ese momento treinta y dos nietos demostrando con su ejemplo, que la enseñanza de la Iglesia, sobre todo a través de la Humanae Vitae, no sólo era profética con respecto a la situación de crisis de la Europa actual, sino que sobre todo era fuente de alegría y de amor.
Muchas familias alemanas han seguido el ejemplo de Toni y Bruna y esto explica el impresionante número de jóvenes en el funeral. En los días previos al funeral, la casa de los Spandri, donde el cuerpo de Toni fue expuesto durante tres días, fue invadida por muchísimas personas pero sobre todo por jóvenes que contaban y celebraban el don de Toni. “En estos días hemos visto el cielo abierto -dijo Tobías, primogénito y padre de ocho hijos- y al final de estos días podemos decir que la fuerza de la muerte ha sido destruida. Para todos hoy es Pascua”.
Durante tantos años, Toni y Bruna, frente a las muchas dificultades surgidas en la evangelización del Norte de Europa, fueron animados y apoyados siempre por el Santo Padre que como ellos tenían en el corazón la evangelización de Alemania.
Hace apenas seis semanas, Benedicto XVI, envió casi 200 parejas del Camino Neocatecumenal en misión e inauguró otras tres "missio ad gentes" en la diócesis de Colonia, en Alemania. La missio ad gentes seguida por Toni y Bruna había aumentado a siete, tres en Colonia, dos en Chemnitz y dos en Holanda. Cada una de estas missio ad gentes está constituida por un presbítero acompañado por tres o cuatro familias numerosas que, a petición de un obispo, recibe el mandato d e evangelizar zonas descristianizadas o paganas, con la misión, como dice el Evangelio, de hacer presente una comunidad cristiana donde “sean perfectamente uno para que el mundo crea”.
Juan Pablo II en 1985, en el sexto Simposio de los Obispos europeos dijo que para responder a la secularización de Europa, era necesario volver al “primerísimo modelo apostólico”. De esta manera estas missio ad gentes, imitando al “primerísimo modelo apostólico” se reúnen en las casas en medio de los no bautizados. Tras cuatro años de experiencia muchas personas que nunca habrían entrado en una iglesia, se están acercando a estas familias. Un filósofo ateo agradeció la missio ad gentes porque sin ella nunca habría conocido el amor de Cristo.
Toni y Bruna habían dedicado últimamente todas sus energías en la missio ad gen tes, experiencia hacia la que Benedicto XVI tiene mucha confianza y esperanza. El pasado septiembre Toni y Bruna participaron en el encuentro anual que el Santo Padre tiene cada año en Castelgandolfo con sus alumnos y que dura tres días; al final se debatió el próximo tema para el 2011 y Toni propuso como tema la “Nueva Evangelización”, que el Papa adoptó enseguida con entusiasmo.
Actualmente en Alemania existen un centenar de comunidades neocatecumenales, de las que una treintena están en la archidiócesis de Munich. Toni y Bruna han promovido además la creación en Alemania de dos seminarios “Redemptoris Mater” en Berlín y en Colonia y otros dos en Holanda: Amsterdam y Roermond.
En 2005, con la ayuda de 95 comunidades alemanas y holandesas, Spandri gestionó la organización del gran encuentro de los jóvenes que siguió a la Jornada Mundia l de la Juventud, durante el cual 2500 jóvenes dieron su disponibilidad de seguir a Jesucristo.
“Queridos hermanos y hermanas: Toni Spandri ha pasado al Padre. Nosotros queremos compartir la Palabra que el Señor le ha dado, abriendo el Evangelio en el momento de su muerte, para acompañarlo en su viaje al cielo”, escribió Bruna Spandri en una carta. “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11, 28-30) ¡El Señor que le concedió llevar durante 40 años la Cruz de Cristo en la evangelización, le ha concedido también encontrar el descanso en ÉL! ¡Cristo está verdaderamente resucitado!
Toda la diócesis y muc hos hermanos lloran por la pérdida de Toni: durante el funeral, Bruna concluyó de esta manera: “A la pregunta que se plantean tantos hermanos del Camino: ´¿y ahora qué sucederá?´ no puedo decir otra cosa más que esto: ´¡Dios es fiel! Si amamos a Dios y a su Hijo, Jesucristo, ¡no debemos temer nada!´”.
Toni repetía a menudo, como le dijo a Kiko, que un itinerante muere evangelizando, “con las sandalias en los pies”, y así se lo ha concedido Dios.