El pasado 28 de febrero moría Jane Russell, una de las actrices de moda en los años cuarenta y cincuenta, conocida por su explosiva belleza, sensualidad y cierta provocación. En Hollywood se la conocía como "El pecho", gracias a su voluptuosa figura.
Comenzó en el cine gracias a la protección del multimillonario Howard Hughes, con la película El forajido. Compartió protagonismo con Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias (1953), cobrando diez veces más que su compañera de reparto. Con Robert Mitchum protagonizó Una aventurera en Macao (1952) y con Groucho Marx, Bob Hope, Glenn Ford y Clark Gable, participó en otras tantas producciones de éxito.
Podría parecer que Jane Russell fue una actriz más, frívola y despreocupada del mundo, pero no fue así.
Tras una juventud "salvaje", se quedó embarazada a los 18 años y decidió abortar al bebé que llevaba dentro como la "mejor solución" que le proponían sus amigas. Aquí comienzaría su calvario que relatara en el libro Jane Russell: mi andar y mi desvíos: Una Autobiografía (Franklin Watts, Londres), publicado en 1985.
Ese aborto provocó en Jane Russell una infertilidad de por vida lo que hizo convertirse en una "antiabortista convencida", recuperando también la fe cristiana que le ayudaría a superar su dependencia con el alcohol.
Tras pasar por tres matrimonios, adoptar a tres niños y saborear las mieles del éxito, Jane Rusell tocó el infierno. Su aborto, el alcohol, los matrimonios rotos, los excesos de la noche, la falta de dinero y el sin sentido de la vida, llevo a Jane a retomar la fe infantil inculcada por su madre y decidirse a cambiar de vida.
Tanto es así que creó el Grupo cristiano de Hollywood, que consistía en organizar cada semana una reunión de estudio de la Biblia con personas que trabajaban en la industria del cine. Muchos actores y actrices, productores y directores pasaron por esos grupos que, en ocasiones se realizaban en casas y, en otras, en teatros y auditorios.
Desde 1950, la actriz Jane Russell decidió crear una organización que ayudará a canalizar las adopciones. Así nació la World Adoption International Agency (Waif), que ha logrado, en todos estos años, la colocación adoptiva de casi 38.000 niños en estados Unidos.
Su evangelización en los estudios de Hollywood era bien conocida. No escondía cristianismo y, siempre que podía, hacía gala del mismo: «No sé cómo la gente puede sobrevivir a todos las catástrofes de la vida sin fe, sin saber que el Señor te ama y se preocupa por tí y tiene un plan para tu vida»
En una de sus últimas entrevistas, concedida a la revista Christianity Today, le interrogaron sobre "¿el consejo qué daría a un cristiano que está pensando en trabajar en la industria de Holywood?". "Buena suerte, cariño", fue su respuesta. "¿Y si aún así quiere?", insistió el periodista. "Bien, adelante, -señaló Jane- hazlo, ¡por amor del Cielo! Pero no rompas los mandamientos del Señor".
En una de sus últimas entrevistas concedidas, Jane, en plan jocoso, decía que era "una fanática cristiana, conservadora, de derechas y oscurantista". Es decir, y ya en plan más en serio: "Soy intolerante con los idiotas que tratan de deshacerse de los Diez Mandamientos de las paredes de los tribunales, la Biblia y la oración en las escuelas."
Tenía un compromiso muy fuerte con el Partido Republicano, y solía apoyar públicamente a políticos como Ronald Reagan o George W. Bush. Era especialmente sensible y concienzuda en apoyar todas los proyectos políticos que reflejaran los "principios no-negociables".
En su testamento dejó escrito que prefería no recibir flores en su funeral, y en su lugar se canalizara ese dinero en donativos para la Red de Atención del embarazo, organización que se ocupa de auxiliar a mujeres con embarazos imprevistos y que están en serio riesgo de abortar, así como el Centro de Recursos en Santa María o el Departamento Legal del Condado de Santa Barbara, que facilitan asistencia jurídica a los niños abusados o rechazados por sus familias biológicas.