La actriz Aitana Sánchez-Gijón, que se define a si misma como "agnóstica" pero que siempre ha mirado lo religioso con "fascinación y una cierta envidia", estrena en Madrid una obra teatral cuyo contenido es la santidad.
Sánchez-Gijón comparte la autoría de «Santo» junto con Ignacio García May, Ignacio del Moral y Ernesto Caballero. En la representación comparte tablas con José Luis Esteban.
Sobre el origen de la pieza Caballero cuenta que la santidad apareció como «un tema que nos desconcertaba y nos despertaba preguntas e interrogantes: el misterio, la ejemplaridad, la trascendencia...».
Explicando, desde su agnosticismo y su particular concepto de la religión y la santidad, en una entrevista concedida al ABC, Sánchez-Gijón explica que la obra resalta "lo luminoso que existe en la religión... Esa parte de búsqueda de la verdad, de la bondad, de cómo se diluye la individualidad en aras de un sacrificio o un servicio hacia el prójimo" y que "quiere quitar ese peso, esa carga que tiene de más lo religioso y buscar lo trascendente".
Tras adelantar que "sólo uno de los personajes es real: Edith Stein, Sor Teresa Benedicta de la Cruz" y que versa asimismo sobre "una misionera que está en un poblado perdido en el Amazonas" la actriz asegura que sobre la sociedad actual necesita "santos" que, en su opinión "serían esos héroes" como el hombre que hace poco se encendió fuego a así mismo en la revuelta tunecina.
"En esta obra está el factor religioso, y evidentemente tiene un peso enorme. Yo soy agnóstica y no he recibido una educación religiosa. Siento, además, que muchas de las lacras de nuestra sociedad vienen del peso de la religión, del fanatismo y la «iluminación», de pensar que uno es poseedor de la verdad y su Dios es el único. Todo eso existe y para mí tiene un peso nefasto... Pero la religión tiene otro lado de búsqueda de la bondad y la trascendencia; de algo que nos conecta con algo que es difícil de explicar y que yo, como agnóstica, anhelo también. Yo encuentro ese afán de trascendencia y de espiritualidad a través del arte, del teatro. Para mí, el hecho teatral es algo trascendente, sagrado, litúrgico, y a través de ahí canalizo esa necesidad de espiritualidad. Porque el ser humano tiene necesidad de trascendencia y espiritualidad", continúa.
Vidas como la de Edith Stein le han generado preguntas respecto a la religión,"preguntas que -dice- me vengo haciendo desde que era muy pequeña". Aitana Sánchez-Gijón revela al respecto que "el hecho religioso lo he mirado con fascinación y con una cierta envidia. Y con una necesidad de canalizar ese lado espiritual y de trascendencia. Esta obra me hace ahondar en esa fascinación y en esas preguntas, que siguen sin respuestas".