“Los jóvenes viven en un ambiente nihilista que mata sus ambiciones, sus sueños y los deja en el suelo. Quiero decirles que tienen que forzar un poco el destino y volver a levantarse”. Este el mensaje que les lanza a esta nueva generación Louis Saillans, boina verde francés que ha ejercido durante diez años y que ha llegado a ser jefe de comando de las fuerzas especiales.
Valores como el esfuerzo, la entrega, el honor o el sacrificio están en claro retroceso en Occidente, lo que a su vez provoca la propia decadencia de la civilización. Por ello, anima a los jóvenes a ser valientes y a no tener miedo de dar la vuelta a la tortilla. A raíz de su gran experiencia militar y de sus numerosas misiones especiales en el extranjero ha escrito el libro Chef de Guerre, que ha sorprendido incluso a su autor por el éxito cosechado en Francia.
La repercusión del libro ha provocado que numerosas escuelas y asociaciones hayan llamado a Louis Saillans (nombre ficticio) para que aliente a los jóvenes ante una cada vez más extendida sensación de resignación y apatía.
Este exboina verde aceptó de inmediato. Y ahora tiene un objetivo: mostrar a la juventud de hoy un horizonte, unos objetivos y el gusto por la responsabilidad.
¿Cómo hacerlo?, le preguntan los jóvenes. “Poniéndote primero metas muy pequeñas, a tu alcance: hacer la cama por la mañana, acostarte y levantarte temprano, ordenar tu habitación, vestirte bien, llegar a tiempo, sonreír, cultivar la cortesía. Son pequeñas victorias sobre uno mismo que fortalecen una voluntad, impactan positivamente en la vida y te permiten avanzar, poco a poco”, explica este militar en Famille Chretienne.
En el fondo, lanza un mensaje sencillo pero profundo similar al que se viralizó en 2018 del almirante McRaven de la Marina de EEUU, cuando dijo a los estudiantes de su país: “Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacer tu cama”.
Debido a que la sociedad actual produce cada vez más adultos que quieren ser eternamente adolescentes, muchos jóvenes viven sin reglas elementales de higiene de vida, explica Saillans. Y el Ejército impone a los nuevos reclutas un ritmo de vida ordenado.
Es un método que el autor anima exportar a otros ámbitos porque sólo poniéndose en una trayectoria ascendente uno puede escalar muy alto, más allá de lo que creía capaz. Pero hay que ir creciendo paso a paso, y empezar por poner orden en la propia persona. Cada paso es entonces una puerta abierta a una meta un poco más alta que la anterior.
“¡No rechaces las responsabilidades! No le pidas a Dios una vida más fácil, sino hombros más anchos”, anima este comando especial a los estudiantes.
En su opinión, “es aceptando pequeñas responsabilidades en la familia, en el círculo de amigos, en el barrio como uno se prepara para asumir responsabilidades más grandes, y más y más grandes".
Todo esto que enseña previamente lo ha vivido. “Quería escribir mi historia, en primer lugar para dejar un rastro para mis hijos. Mi abuelo estuvo en el ejército y no sé nada de él durante este período. Entonces me di cuenta de que tenía un mensaje más general que llevar porque el soldado, cuya profesión es modelo de entrega absoluta, puede ser una figura de jóvenes en busca de ideales”, explica.
En otra entrevista con Ouest-France, Louis Saillans incidía en esa idea: “Mientras más responsabilidad asumas en tu vida, en tu familia y en tus actividades más crecerás, serás mejor”.
Él mismo confiesa que de adolescente no era el mejor estudiante, iba aprobando sin más pero sin destacar. Pero hubo algo que lo animó sobremanera: “Servir, ser útil a la sociedad, así que el Ejército era perfecto”.
Tras una enorme trayectoria que le ha llevado a ser jefe de comando de las fuerzas especiales de la Armada francesa confiesa que le ha enseñado esta unidad de élite: “muchas habilidades y valores muy fuertes, como la honestidad, el compromiso, el sentido del servicio y la responsabilidad”. Y está convencido que son exportables a toda la sociedad, lo que lograría transformarla.
En otra entrevista, este militar es preguntado sobre cómo debe ser un líder y ofrece cuatro características:
-Sentido de la responsabilidad (tanto en las victorias como de los fracasos de sus hombres o los suyos propios).
-Valentía (mantenerse firme cuando nadie más lo es).
-Carisma (se necesita que el carácter aflore).
-Discernimiento (dejar actuar al sentido común).
“Es difícil en nuestro mundo donde todo pasa tan rápido detenerse y reflexionar para tomar conciencia de nuestra suerte, pero también de la violencia que nuestros ancestros a la que tuvieron que enfrentarse para lograr crear este frágil estado de paz que conocemos. Es un equilibrio precario que muchos de nuestros contemporáneos no tienen en cuenta por pereza o desinterés, y que la violencia sorprende y devuelve a la realidad”, agrega.
Por último, en Breizh Info recomienda a los jóvenes que no tengan miedo, que se involucren y tengan confianza. Les recuerda que la “palabra dada” tiene un valor fundamental y que “el honor no está muerto”.
“Hoy debemos redescubrir el sentido de la responsabilidad y reinvertir en cada uno de nosotros el sentido del deber para luchar contra el nihilismo ambiental que está allanando el camino al salafismo”, concluye.