Esta mañana, el boletín de la Santa Sede ha anunciado la próxima visita del Papa Francisco a Canadá entre el 24 y el 30 de junio, a falta de más detalles que serán comunicados durante las próximas semanas.
"Aceptando la invitación de las autoridades civiles y eclesiales y de las comunidades indígenas, el Santo Padre Francisco realizará un Viaje Apostólico a Canadá del 24 al 30 de julio, visitando las ciudades de Edmonton, Quebec e Iqaluit", informaba Matteo Bruni, Portavoz vaticano y director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
La visita estará centrada en torno a las comunidades indígenas de Canadá, siendo Edmonton la segunda ciudad canadiense con mayor número de aborígenes residentes en centros urbanos. En otro de los destinos, Iqaluit, reside el mayor número de inuit de Canadá, ascendiendo a 3.900 los integrantes de esta comunidad. La visita a esta ciudad es la respuesta del Papa Francisco a una invitación realizada por representantes de la comunidad durante el encuentro que mantuvieron en el Vaticano en el mes de marzo.
Cientos de supuestos niños... que resultaron ser raíces
El anuncio se produce tras una fuerte polémica surgida a raíz del bulo desmentido sobre un supuesto genocidio llevado a cabo por religiosos y fieles católicos, que habrían masacrado a niños indígenas alojados en escuelas católicas entre 1880 y 1980.
Las acusaciones surgieron en torno a las declaraciones de una investigadora, Sarah Beaulieu, que rastreando con un radar los alrededores de la escuela de Kamloops en búsqueda de los supuestos restos de niños, encontró unos bultos en un huerto de manzanos. Los hallazgos fueron catalogados de inmediato como "fosas comunes", pese a que la investigadora admitió poco después que podían ser raíces o rocas.
Según han advertido no pocos antropólogos, como es el caso de Scott Hamilton, esta práctica debe ser realizada con "mucho cuidado" y esperar a obtener resultados definitivos de los hallazgos, pues está sujeta a frecuentes errores: "El suelo puede haber sido perturbado a lo largo de los años por sedimentos, protuberancias u obstrucciones", mencionó Hamilton.
Como relatamos en este artículo de Religión en Libertad, meses después de las acusaciones, el doctor en historia Jacques Rouillard acudió a los archivos para advertir de que no encontrarían ni muertos ni fosas comunes, puesto que los infantes fallecidos eran enterrados en los cementerios de sus localidades. En todo caso, los únicos restos que podrían hallarse responden a cementerios mucho más antiguos, en mal estado y olvidados bajo la maleza.
A raíz de estas afirmaciones que el doctor en historia encontró "sin fundamento", los medios de comunicación amplificaron y exageraron el bulo afirmando que se habían encontrado los cuerpos de 215 niños, y agregaron que "miles" de niños habrían "desaparecido" de las escuelas residenciales.
Un bulo "del todo improbable"
Algo que, a ojos de las investigaciones de Rouillard, es del todo improbable. Según los datos disponibles y sus investigaciones, entre 1915 y 1964 fueron registrados 49 fallecidos, de los cuales: diecisiete murieron en el hospital; ocho en sus propias reservas como consecuencia de enfermedades o accidentes; cuatro fueron objeto de autopsias y siete de investigaciones forenses. Sobre los lugares de enterramiento, el historiador probó que "24 están enterrados en el cementerio de sus propias reservas y cuatro en el de la reserva de Kamloops. Para el resto de los 49 niños, o falta información o es necesaria la consulta del certificado de defunción completo en la Agencia de Estadísticas".
Estas investigaciones no pudieron impedir que, a raíz de las acusaciones, más de 60 iglesias fuesen quemadas o vandalizadas durante las revueltas.
Puedes conocer la polémica completa y las pruebas que muestran la falsedad del supuesto genocidio católico en este enlace, así como en este artículo del historiador Jacques Rouillard.
La de Francisco será la cuarta visita de un Papa a Canadá desde la realizada por Juan Pablo II en 2002.