El Papa celebró este lunes la festividad de San Esteban, protomártir, oficiando el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico. "Que María, Reina de los mártires, nos ayude a crecer en la caridad, en el amor a la Palabra y en el perdón", afirmó Francisco ante los cientos de fieles presentes.
"Pidamos a Jesús recién nacido la novedad de un corazón capaz de perdonar: la fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño y para dar pasos de apertura y reconciliación", invitó el Papa, el día después del nacimiento de Jesús. Una fiesta que se prolongará por ocho días, hasta el 1 de enero.
No lo dio con palabras
Curiosamente en estos mismos días se conmemoran algunas figuras martiriales. "Hoy, por ejemplo, San Esteban, el primer mártir cristiano; pasado mañana, los Santos Inocentes, los niños mandados a matar por el rey Herodes por miedo a que Jesús le arrebatara el trono (cf. Mt 2, 1-18). En resumen, la liturgia parece querer alejarnos del mundo de las luces, los almuerzos y los regalos en el que podemos estar algo entregados en estos días. ¿Por qué?", se preguntó Francisco.
Al responder, el Papa afirmó que la Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que nos libra del mal tomando sobre sí nuestro mal: el egoísmo, el pecado, la muerte. Y en esto, indicó el Pontífice, los mártires son los más parecidos a Jesús.
"De hecho, la palabra mártir significa testigo: los mártires son testigos, es decir, hermanos y hermanas que, con su vida, nos muestran a Jesús, que venció el mal con la misericordia. E incluso, en nuestros días los mártires son numerosos. Hoy rezamos por estos hermanos y hermanas perseguidos que dan testimonio de Cristo. Pero intentemos preguntarnos: ¿damos nosotros testimonio? ¿Y cómo podemos mejorar en esto? Nos puede ayudar precisamente la figura de San Esteban", relató.
En este punto explicó la figura de San Esteban: "Su primer testimonio no lo dio con palabras, sino a través del amor con el que sirvió a los más necesitados". Sobre el segundo nivel de su testimonio, el Papa apuntó que se trató de "acoger la Palabra y comunicar su belleza, contar cómo el encuentro con Jesús cambia la vida".
"Esto era tan importante para Esteban que no se dejó intimidar ni siquiera por las amenazas de sus perseguidores, ni siquiera cuando vio que las cosas se le estaban complicando. Caridad y anuncio, este era Esteban. Sin embargo, su mayor testimonio es otro: es que supo unir la caridad al anuncio. Y nos dio este testimonio cuando estaba a punto de morir, cuando, siguiendo el ejemplo de Jesús, perdonó a sus asesinos", afirmó.
"Es el perdón el que dice si realmente practicamos la caridad hacia los demás y si vivimos la Palabra de Jesús (...) El per-dón es en realidad, como la propia palabra lo indica, un don más grande, un don que damos a los demás porque somos de Jesús, somos perdonados por Él. Pensemos en nuestra capacidad de perdonar, en estos días en los que nos podemos encontrar, entre otras muchas, algunas personas con las que no nos hemos llevado bien, que nos han herido, con las que nunca hemos arreglado nuestra relación", expresó.
Aquí puedes ver el Ángelus del Papa por la festividad de San Esteban.
El Papa terminó sus palabras con una propuesta. "Pidamos a Jesús recién nacido una novedad, es decir, la novedad de un corazón capaz de perdonar: todos tenemos la necesidad de un corazón que perdona. Pidamos al Señor esta gracia: Señor, que yo aprenda perdonar. La fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño, orar por las personas que me han herido y para dar pasos de apertura y reconciliación", comentó.