La mañana de este lunes 3 de junio, el Papa Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en los "Diálogos para una finanza integralmente sostenible", promovidos por la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice en colaboración con Prospera-Progetto Speranza. Una iniciativa que se ha desarrollado en Milán durante los últimos dos años y que reúne un objetivo que, en palabras del pontífice, "no es fácil": "Iniciar un diálogo entre finanzas, humanismo y religión".
Parte de ese ambicioso objetivo también es el de "reflexionar junto con los máximos dirigentes del mundo de las finanzas sobre la posibilidad de que el compromiso de hacer el bien y el de hacer el bien puedan ir de la mano".
Se trataría, según el pontífice, de una "noble tarea" para la que la enseñanza social de la Iglesia "puede representar una brújula". Y para que esto suceda, agregó, "es necesario ser capaces de observar el funcionamiento de las finanzas, para denunciar las debilidades e imaginar medidas correctoras concretas"
Durante su discurso Francisco puso algunos ejemplos de esta integración de finanzas teología y humanismo, como es el caso de los Montes de Piedad, en referencia a la iniciativa fundamentalmente eclesiástica dedicada a fomentar el ahorro entre las clases humildes y ayudar a los más necesitados a tener acceso al crédito.
"Fueron un gran incentivo para ayudar a los más pobres sin caer en la lógica del bienestar, y favorecieron los préstamos para permitir que la gente pudiera trabajar y redescubrir a través de la propia actividad, la justa dignidad", expresó.
Entre otros ejemplos, se refirió al Siglo de Oro español y a los teólogos de la España del siglo XVI -concentrados en su análisis económico en la llamada Escuela de Salamanca-, quienes fueron capaces de "dar valoraciones éticas", pidiendo "acciones precisas de cambio para el bien común". Un ejemplo que, según Francisco, sigue siendo vigente de cara a la generación de "un cambio de paradigma".
"El dinero debe servir y no gobernar"
En este sentido, se dirigió a los presentes en calidad de conocedores de los procesos financieros para recordarles su "gran activo" y que es a su vez "su gran responsabilidad": "Os corresponde entender cómo lograr que la inequidad disminuya. Repito, que la inequidad disminuya. Porque una forma financiera que no ignore la ética requeriría un cambio vigoroso de actitud por parte de los líderes políticos. El dinero debe servir y no gobernar", indicó.
Antes de concluir llamó a los presentes a seguir los ejemplos mencionados en búsqueda de medidas palpables. "Es necesario no perder nunca de vista lo concreto, porque está en juego la suerte de los más pobres, de las personas que luchan por encontrar los medios para una vida digna. El diálogo es siempre el mejor camino, también para mejorar la casa común", finalizó.