Miles de fieles y peregrinos, desafiando el calor de la Ciudad Eterna, se dieron cita a mediodía en la Plaza de San Pedro para escuchar el comentario del Obispo de Roma al Evangelio del día y para rezar con el Santo Padre la oración mariana del Ángelus.
“Un bautizado que no siente la necesidad de anunciar el Evangelio, de anunciar a Jesús, no es un buen cristiano”, afirmó el Papa Francisco en la al comentar el pasaje evangélico de San Marcos que relata el momento en que Jesús envía a los Doce en misión. Una especie de “práctica” – dijo el Obispo de Roma – de lo que harán tras la Resurrección del Señor con el poder del Espíritu Santo”.
Según recoge Vatican News, Francisco explicó que el evangelista se detiene en el “estilo del misionero”, cuyo centro es Jesús y cuyo rostro es la pobreza de los medios. El Santo Padre afirmó asimismo que este episodio nos implica también a nosotros, y no sólo a los sacerdotes, sino a todos los bautizados, llamados a testimoniar, en los diversos ambientes de su vida, el Evangelio de Cristo.
“El bastón y las sandalias – recordó Francisco – son la dotación de los peregrinos”, puesto que así son los mensajeros del reino de Dios, quien quiere que vayamos por el mundo predicando libres y ligeros. Por eso afirmó que los misioneros no son “managers omnipotentes, ni funcionarios inamovibles o divos de gira”.
De manera que también para nosotros esta misión es auténtica sólo a partir de su centro inmutable que es Jesús. Y añadió que no se trata de una iniciativa individual de los fieles o de los grupos, puesto que es la misión de la Iglesia, unida inseparablemente a su Señor. De manera que ningún cristiano anuncia el Evangelio “por cuenta propia”, sino sólo enviado por la Iglesia “que ha recibido el mandato del mismo Cristo".
El Papa también saludó a los fieles y peregrinos procedentes de Italia y de otros países, entre los cuales a un grupo de jóvenes polacos de la Diócesis de Pelplin, que participan en un curso de ejercicios espirituales en Asís. A todos, como es costumbre deseó feliz domingo y buen almuerzo; a la vez que reiteró que no se olviden de rezar por él.