En la misa de este martes en la Casa Santa Marta, el Papa ha pedido especialmente rezar por las personas que viven en la calle. “Oremos hoy por aquellos que no tienen hogar, en este momento en el cual se nos pide que estemos en casa. Para que la sociedad de hombres y mujeres pueda tomar conciencia de esta realidad y ayudar, y para que la Iglesia los acoja”, indicó Francisco.
En su homilía, el Santo Padre habló de la relación entre la Cruz y la serpiente de bronce que Dios mandó a Moisés que fabricara y levantara para que los que habían sido mordidos por las serpientes al verla se curaran.
“¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable”, preguntaba el pueblo de Israel cuando una vez, más, el pueblo siente nostalgia de la esclavitud en Egipto.
El hombre y el pecado
De este modo, Francisco señaló que la serpiente es siempre la imagen del mal, y de esa manera, “el pueblo vio en la serpiente el pecado, aquello que ha hecho mal”.
Sólo Entonces, el pueblo “acude a Moisés y dice: ‘Hemos pecado porque hemos hablado contra el Señor y contra ti. Suplica al Señor que aleje de nosotros a estas serpientes”.
Fue entonces cuando Moisés rezó a Dios y Dios le dijo a Moisés que alzara una serpiente de bronce para que todos los heridos, al mirarla, se curaran. Tal y como recoge Aciprensa, el Papa planteó la cuestión de que: “está la serpiente, un ídolo que me da salud… No se entiende”.
"Jesús se hizo pecado por nosotros"
“Es lógico que no se entienda, porque se trata de una profecía, es el anuncia de lo que sucederá. Porque hemos escuchado también como profecía cercana, en el Evangelio: ‘Cuando hayáis alzado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta’”, agregó
El Santo Padre indicó entonces este paralelismo: “Jesús alzado sobre la Cruz. Moisés hace una serpiente y la alza. Jesús será alzado, como la serpiente, para dar salvación”. Sin embargo, el nudo de la profecía es, precisamente, que “Jesús se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”.
Por ello, señaló que “cuando miramos el crucifijo pensamos en el Señor que sufre: todo eso es cierto. Pero nos detenemos antes de llegar al centro de esa verdad: en este momento, tú pareces el más grande pecador, te has hecho pecado. Ha tomado sobre si nuestros pecados, se ha aniquilado hasta ahora”.
“La Cruz, es cierto, es un suplicio, está la venganza de los doctores de la Ley, de aquellos que no querían a Jesús: todo eso es cierto. Pero la verdad que viene de Dios es que Él vino al mundo para asumir nuestros pecados sobre él mismo hasta el punto de hacerse pecado. Todo pecado. Nuestros pecados están ahí”. El Papa finalizó su homilía invitando a “habituarnos a mirar el crucifijo bajo esta luz, que es la más verdadera, es la luz de la redención”.