En el día en que la Iglesia celebra la Fiesta del Bautismo del Señor, el Papa Francisco ha explicado que esta fiesta es “una ocasión propicia para renovar con gratitud y convicción las promesas de nuestro Bautismo, comprometiéndonos a vivir diariamente en armonía con él”.
Hoy, “la liturgia nos llama a conocer más plenamente a Jesús, de quien recién hemos celebrado el nacimiento”, expresó el Papa ante los fieles, y aseguró que por esta razón el Evangelio de Lucas de hoy “ilustra dos elementos importantes: la relación de Jesús con la gente y la relación de Jesús con el Padre”.
Jesús se sumerge entre la multitud manifestando la lógica de su misión
Narrando la historia del bautismo, que fue otorgado por Juan el Bautista a Jesús en las aguas del Jordán, el Papa Francisco pide prestar atención al papel del pueblo, el cual –asegura- “no es solo un fondo de la escena, sino un componente esencial del evento”, porque Jesús, antes de sumergirse en el agua, "se sumerge" en la multitud, se une a ella y asume plenamente la condición humana, compartiendo todo excepto el pecado. Un gesto con el que Jesús “manifiesta la lógica y el significado de su misión” asegura Francisco y que lleva a que hoy también sea “una Epifanía”.
Además, el Papa puntualiza que el Espíritu Santo que desciende sobre Él en forma corporal, como una paloma “es la señal de que con Jesús comienza un nuevo mundo”, “una nueva creación que incluye a todos los que acogen a Cristo en su vida”. Y este amor del Padre –dice el Papa– que recibimos el día de nuestro bautismo, “es una llama que ha sido encendida en nuestros corazones y requiere que seamos alimentados por la oración y la caridad”.
Jesús se sumerge en comunión con el Padre para manifestar su bondad y amor por los hombres
El Santo Padre explica también el segundo elemento enfatizado por el evangelista Lucas, en el que Jesús ya bautizado, se "sumerge" a sí mismo en la oración y por tanto en comunión con el Padre. “El bautismo es el comienzo de la vida pública de Jesús” afirma el Papa, y de su misión en el mundo “como un enviado del Padre para manifestar su bondad y su amor por los hombres”. Y además, añade – “esta misión se realiza en una unión constante y perfecta con el Padre y el Espíritu Santo”.
Tenemos como misión regenerar nuestra oración de acuerdo al plan de Dios
En este sentido, Francisco asegura que la misión de la Iglesia y la de cada uno de nosotros de ser fieles y fructíferos, está llamada a "injertarse" en la de Jesús, “regenerando continuamente en la oración la Evangelización y el Apostolado, para hacer un claro testimonio cristiano, no de acuerdo con nuestros proyectos humanos, sino de acuerdo con el plan y el estilo de Dios”.
El bautismo son nuestras raíces de la vida con Dios
Después de estas palabras y de recitar la oración mariana del Ángelus, el Pontífice volvió a insistir en su invitación de “mantener vivo y actualizado el recuerdo del bautismo”, pues es ahí donde están “las raíces de nuestra vida en Dios; las raíces de nuestra vida eterna, que Jesucristo nos dio con su Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección” y pidió invocar “más a menudo” al Espíritu Santo “para vivir las cosas comunes con amor, y así hacerlas extraordinarias”.