Francisco presidió este miércoles la habitual Audiencia General en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El papel del Espíritu Santo en la tarea evangelizadora de la Iglesia fue el tema de la catequesis del Papa.
"La Iglesia debe hacer precisamente lo que Jesús dijo al comienzo de su ministerio público: 'El Espíritu del Señor está sobre mí; por eso me ha ungido y me ha enviado a dar buenas nuevas a los pobres'. Predicar con la unción del Espíritu Santo significa transmitir, junto con ideas y doctrina, vida y convicción profunda. Significa confiar no en 'discursos persuasivos de sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y su poder, como escribió San Pablo", comentó el Papa.
En este punto, Francisco señaló dos cosas que están en nuestras manos. "Es fácil decirlo -se podría objetar-, pero ¿cómo ponerlo en práctica si no depende de nosotros, sino de la venida del Espíritu Santo? En realidad, hay una cosa que depende de nosotros, más bien dos, y las mencionaré brevemente. La primera es la oración. El Espíritu Santo viene sobre los que rezan, porque el Padre celestial -está escrito- 'da el Espíritu Santo a los que se lo piden', ¡sobre todo si se lo piden para anunciar el Evangelio de su Hijo! ¡Ay de predicar sin rezar! Uno se convierte en lo que el Apóstol llama 'bronces que resuenan y címbalos que retiñen'".
"Lo segundo no es predicarnos a nosotros mismos, sino a Jesús el Señor (cf. 2 Co 4,5). No es necesario que nos detengamos en esto, porque cualquiera que se dedique a la evangelización sabe bien lo que significa en la práctica no predicarnos a nosotros mismos. Me limitaré a una aplicación particular de esta exigencia. No querer predicarnos a nosotros mismos implica también no dar siempre prioridad a las iniciativas pastorales promovidas por nosotros y vinculadas a nuestro propio nombre, sino colaborar de buen grado, si se nos pide, en las iniciativas comunitarias, o que se nos encomienden por obediencia", dijo el Papa.
Saludo en español
Durante sus palabras en español, el Papa volvió a insistir en el papel del Espíritu Santo. "Podemos decir que en la predicación cristiana hay dos elementos constitutivos: el contenido, que es el Evangelio; y el medio, que es el Espíritu Santo. Los dos van íntimamente unidos; es decir, la Palabra de Dios se transmite con la unción del Espíritu Santo; sin el Espíritu faltaría el alma, la vida de la predicación, sólo se difundirían ideas o preceptos a cumplir. Ahora bien, podríamos preguntarnos: si la acción evangelizadora depende del Espíritu Santo, ¿podemos hacer algo también nosotros? ¿Cómo es posible colaborar en la acción evangelizadora de la Iglesia?".
"Hemos de tener en cuenta sobre todo dos principios: uno es la oración y el otro es estar atentos para no predicarnos a nosotros mismos sino a Jesús. Esto significa que, antes de afrontar un apostolado, necesitamos rezar, invocar al Espíritu Santo para que nos asista. Y esa misión tiene que estar centrada en Cristo, no en nuestros propios deseos o necesidades".
Puedes ver aquí la Audiencia del Papa.
Ya en el momento de los saludos, el Papa se acordó la festividad de la Inmaculada. "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Estamos celebrando en estos días la Novena en preparación a la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Pidámosle a María nuestra Madre que, como ella, permanezcamos abiertos y disponibles a la acción del Espíritu Santo en nuestra vida y en la misión que la Iglesia nos encomienda. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los proteja", concluyó.