El Papa Francisco celebró este viernes la Eucaristía en la Casa Santa Marta y centró su homilía en la coherencia de la vida del cristiano y en el peligro de la hipocresía. De este modo, quiso advertir sobre el “maquillaje del alma” que acaba impidiendo ver esta coherencia.
Por ello, el Pontífice instó a pedir al Señor fuerza para avanzar “humildemente con lo que puedas. Pero no te maquilles el alma, porque si maquillas tu alma, el Señor no te reconocerá”,
La gracia de la coherencia
Según recoge Aciprensa, el Santo Padre animó a pedir a Dios en esta Cuaresma la gracia de la coherencia “de no ser vanidosos, de no aparentar más dignos de lo que somos. Pidamos esta gracia en esta Cuaresma: la coherencia entre lo formal y lo real, entre la realidad y las apariencias”.
Durante su homilía matutina, el Papa recordó también la conducta del fariseo y el publicano descrita en el Evangelio para denunciar a quienes se sienten “justos” por pertenecer a tal asociación y sienten que no son como “aquellos pobres que no entienden nada”.
Cuidado con los hipócritas
“Quienes buscan las apariencias, nunca se reconocen a sí mismos como pecadores y si les dices: ‘pero tú también eres un pecador’ relativizan todo… También intentan parecer con una cara de estampita: ¡todo apariencia!”, dijo el Papa quien agregó que cuando “hay diferencia entre la realidad y la apariencia, el Señor usa un adjetivo: hipócrita".
Francisco agregó que este tiempo que conduce a la Pascua puede ser una ocasión para reconocer las personales incoherencias ya que toda persona está tentada por las hipocresías. En esta línea, el Santo Padre denunció a quienes se dicen “cristianos, incluso católicos, que se llaman a sí mismos católicos practicantes” y explotan a sus trabajadores sin darles sus derechos, por ejemplo, a la jubilación. “Y muchos de estos se dicen católicos y van a Misa los domingos, pero lo hacen. ¡Este es un pecado mortal!”, exclamó el Papa.