En este Domingo del Buen Pastor, el Papa ha recordado que mientras Jesús, Buen Pastor, puede llamar a cada oveja por su nombre, todos podemos escuchar otra voz, a veces seductora y sugerente, que nos puede alejar de la senda correcta. Es la voz del Maligno, que al principio ofrece cosas atractivas y luego entrega destrucción y muerte.
El Papa ha explicado que se trata de voces que “hablan idiomas diferentes” y “tienen formas opuestas de tocar a nuestros corazones”.
La voz de Dios no obliga, la del demonio seduce y deslumbra
Francisco explicó que, por un lado, está la voz de Dios, “que amablemente habla a la conciencia”, y por otro está la voz tentadora “que induce al mal”.
La pregunta que nos lanza hoy es: ¿Cómo podemos reconocer la voz del buen Pastor de la del ladrón?
“La voz de Dios jamás nos obliga, Dios se propone, no se impone. En cambio, la voz maligna seduce, agrede, obliga, suscita ilusiones deslumbrantes, emociones alentadoras, pero pasajeras. Al inicio suaviza, nos hace creer que somos omnipotentes, pero luego nos deja vacíos por dentro y nos acusa: "Tu no vales nada". La voz de Dios, en cambio, nos corrige, con tanta paciencia, pero siempre nos anima, nos consuela: siempre alimenta la esperanza”.
El Papa añadió: "la voz de Dios es una voz que tiene un horizonte, en cambio la voz del maligno te lleva a un muro".
“El enemigo siempre preferirá la oscuridad, la falsedad y las habladurías, pero el Señor ama la verdad y la transparencia sincera”, además, el enemigo siempre nos dirá: "Enciérrate en ti mismo, que nadie te entiende ni te escucha, ¡no confíes!”, mientras que el bien nos invitará a abrirnos, a ser transparentes y confiados en Dios y en los demás.
Dios te habla en el presente, el demonio te daña con el futuro y el pasado
“La voz del enemigo desvía del presente y quiere que nos concentremos en los temores del futuro o en las tristezas del pasado” dice el Papa, de hecho, “hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos hicieron mal”. En cambio, la voz de Dios “habla al presente”. Dios viene a decir: “ahora puedes hacer el bien, ahora puedes ejercer la creatividad del amor, ahora puedes renunciar a los remordimientos que tienen prisionero tu corazón”.
Voces que inspiran preguntas distintas
La voz que viene de Dios suscita una pregunta en el ser humano: "¿Qué cosa me hace bien?"
En cambio, el Maligno insiste con otra pregunta: "¿Qué cosa me gustaría hacer?"
Esa voz malvada, advierte el Papa, "siempre gira en torno al yo, a sus impulsos, a sus necesidades, al todo y enseguida”.
En cambio, la voz de Dios “nos invita a ir más allá de nuestro yo para encontrar el verdadero bien, la paz”.
Otro criterio es que “el mal no da jamás paz; causa ímpetu primero y deja amargura después”.
Por eso, el Pontífice anima a todos a preguntar de dónde vienen las voces que llegan a nuestro corazón y a pedir la gracia de reconocer y seguir la voz del buen Pastor, “que nos hace salir de los recintos del egoísmo y nos conduce a los campos de la verdadera libertad”.
(El Papa Francisco ha hablado mucho del demonio, tanto en las homilías en la Casa Santa Marta como en otras ocasiones. Los lectores de ReligionEnLibertad lo pueden comprobar repasando aquí la sección Demonio/Satanás).
Jornada Mundial de las Vocaciones
El Papa Francisco ha recordado, después del rezo mariano a la Reina del Cielo, que la existencia cristiana “es toda y siempre una respuesta a la llamada de Dios, en cualquier estado de vida”. Francisco explica que este día nos recuerda lo que un día dijo Jesús, es decir, “que el campo del Reino de Dios requiere mucho trabajo, y debemos rezar al Padre para que envíe obreros a trabajar en su campo (cf. Mt 9,37-38)”.
“El sacerdocio y la vida consagrada – señala – exigen coraje y perseverancia; y sin la oración no se va adelante por este camino”. Y tras estas palabras, el Papa ha invitado a todos “a invocar del Señor el don de buenos trabajadores para su Reino, con el corazón y las manos disponibles a su amor”.
Recordar a los enfermos y colaborar contra la enfermedad
En sus palabras después del Regina Coeli, el Pontífice ha dirigido un pensamiento, una vez más, a los enfermos de Covid-19, pero también a todos aquellos que se dedican a su cuidado y a todos los que de alguna manera están “sufriendo esta pandemia”. Momento en el que ha expresado su apoyo y aliento a la colaboración internacional que se está llevando a cabo con diversas iniciativas a fin de responder de manera adecuada y eficaz a la grave crisis que estamos viviendo.
“Es importante – ha dicho – poner juntas las capacidades científicas, de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos y garantizar el acceso universal a las tecnologías esenciales que permitan a toda persona infectada, en todas las partes del mundo, recibir la necesaria atención sanitaria”.
Santuarios de la Virgen y oración de religiones por la humanidad
Al final de sus palabras, el Santo Padre ha recordado dos cosas. La primera que acabamos de empezar mayo, el mes mariano por excelencia, durante el cual los fieles aman visitar los santuarios dedicados a la Virgen y lamentablemente este año, debido a la situación sanitaria, al no poder ir físicamente, el Papa pide “dirigirse espiritualmente a estos lugares de fe y devoción, para poner en el corazón de la Santísima Virgen nuestras preocupaciones, expectativas y proyectos para el futuro”.
Lo segundo que ha recordado es la próxima cita que tenemos que señalar en nuestro calendario: el 14 de mayo. Será un día en el que los creyentes de todas las religiones elevaremos una “Oración por la humanidad, y nos uniremos espiritualmente en un día de oración y ayuno, para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus. Ha sido propuesto por el Alto Comité de Fraternidad Humana y acogido por el Papa Francisco.