El Papa ha enviado un mensaje a un encuentro internacional de líderes religiosos de diversas confesiones animando a "denunciar sin miedo ni ambigüedades el mal cuando es mal".

"Como líderes religiosos, creo que en primer lugar debemos servir a la verdad y denunciar sin miedo ni ambigüedades el mal cuando es mal, también y sobre todo cuando lo cometen quienes se profesan seguidores de nuestro mismo credo", ha proclamado en ese mensaje.

"También debemos ayudarnos, todos juntos, a combatir el analfabetismo religioso que atraviesa todas las culturas: es una ignorancia generalizada que reduce la experiencia de la creencia a dimensiones rudimentarias de lo humano y seduce a las almas vulnerables para que se adhieran a eslóganes fundamentalistas".

"Pero no es suficiente combatirlo: sobre todo hay que educar, promoviendo un desarrollo equitativo, solidario e integral que aumente las oportunidades de escolarización y educación, porque donde reinan la pobreza y la ignorancia, la violencia fundamentalista arraiga más fácilmente", añadió.

El Papa se dirige con estas palabras por escrito a los participantes en el Foro Interreligioso del G20, G20 Interfaith Forum 2021, que este año se celebra en Bolonia, Italia, del 12 al 14 de septiembre de 2021. 

El Papa alienta a las autoridades religiosas, líderes políticos y representantes del mundo de la cultura, a dialogar para promover el acceso a los derechos fundamentales, sobre todo a la libertad religiosa, y para cultivar fermentos de unidad y reconciliación allí donde la guerra y el odio han sembrado la muerte y la mentira.

En esto, afirma el Papa, el papel de las religiones es verdaderamente esencial. “Sí, la verdadera religiosidad consiste en adorar a Dios y amar al prójimo. Y los creyentes no podemos eximirnos de estas decisiones religiosas esenciales: más que demostrar algo, estamos llamados a mostrar la presencia paternal del Dios del cielo a través de nuestra concordia en la tierra”.

Cada vez más ataques a centros de culto y fe

Después, el Papa denuncia que "en los últimos 40 años se han producido casi 3.000 atentados y unos 5.000 asesinatos en diversos lugares de culto, es decir, en aquellos espacios que deberían ser protegidos como oasis de sacralidad y fraternidad".

Recuerda la pregunta de Dios a Cáin después de matar a su hermano Abel: "¿Dónde está tu hermano?" (Gen 4:9).

La auténtica respuesta religiosa al fratricidio, entiende Francisco, es la búsqueda del hermano.

"Custodiemos juntos la memoria común de nuestros hermanos y hermanas que han sufrido la violencia, ayudémonos mutuamente con palabras y gestos concretos a contrastar el odio que quiere dividir a la familia humana", añade.

La violencia no se frenará con las armas

El Papa destaca que el fratricidio no puede combatirse "con la violencia de las armas, que sólo genera más violencia, en una espiral interminable de represalias y venganzas. En cambio, es fructífero lo que queréis afirmar en estos días: "Nosotros no mataremos, nosotros nos ayudaremos, nosotros nos perdonaremos". Son compromisos que requieren condiciones difíciles -no hay desarme sin valor, no hay ayuda sin gratuidad, no hay perdón sin verdad- pero que constituyen el único camino posible hacia la paz. Sí, porque el camino de la paz no se encuentra en las armas, sino en la justicia".

"Y nosotros, los líderes religiosos somos los primeros que tenemos que sostener estos procesos, dando testimonio de que la capacidad de combatir el mal no reside en las proclamaciones, sino en la oración; no en la venganza, sino en la concordia; no en los atajos que dicta el uso de la fuerza, sino en la fuerza paciente y constructiva de la solidaridad", añade.

"Reitero: "¡No neutrales, sino a favor de la paz! Por eso invocamos el ius pacis, como un derecho de todos a componer los conflictos sin violencia. Por eso repetimos: ¡nunca más la guerra, nunca más contra los otros, nunca más sin los otros!"

Los intereses oscuros de los que fomentan guerras

Además, el Papa pide que "salgan a la luz las tramas y los intereses, a menudo oscuros, de los que fabrican violencia, alimentando la carrera de armamentos y pisoteando la paz con los negocios".

Propone que a las tres "P" de planeta, pueblo y prosperidad se añada otra: la paz, "con la esperanza de que la agenda del próximo G20 la tenga en cuenta en una perspectiva lo más amplia y compartida posible, porque sólo juntos podremos abordar los problemas que, en la interconexión actual, ya no conciernen a alguno, sino a todos".

Una explicación en vídeo (en inglés) del Foro G20 Interfaith (de la religiones)